Pensamiento Crítico

El silencio que nunca es casual

Miguel Alejandro Hayes

Fuente: Rebelión

Costó mucho lacerar el sentido común social (sobre todo el de dirigentes cubanos) de forma tal que se pudiera pasar en el texto constitucional de marxismo-leninismo (M-L) a marxismo y leninismo.

Luego, sin mucha trascendencia, circularon par de textos sobre el tema en espacios independientes y alternativos (1) (2). Por su parte, la prensa oficial tampoco le dio gran cobertura, tan solo pequeñas menciones como la del portal Cubadebate, en el que se hizo referencia al dogmatismo que representaba aquel “marxismo” al que (lingüísticamente) se renunciaba en la ley de leyes. El acompañamiento mediático necesario, nunca llegó (por ningún lado).
Aún así, algunos vimos en ese momento un filo para desmontar el estalinismo –al menos- de la educación superior. Idea que se deshizo pasados de unos días, con la aparición de señales que indicaban que todo parecía ser solo un cambio declaratorio. Y así fue.
En el mes de diciembre de 2019, durante el acto por el sesenta aniversario de la creación del MINREX, la rectora del ISRI, la diplomática Isabel Allende Karam, al hacer referencia en su discurso a los ideales a los que se debe ser fiel, incluía al M-L. Pensé, que se trataba de un error de actualización o simplemente la inercia discursiva.

En cambio, en el mes de enero se realizó la reunión nacional para el perfeccionamiento de las asignaturas de las disciplinas de Historia de Cuba y Marxismo-Leninismo. Sí, marxismo-leninismo de nuevo. Ahí estaba el nombre. Esta vez no se trataba de un acto político (donde se le puede perdonar a los cuadros sus torpezas teóricas), sino que era un evento de académicos y personal gubernamental entendido del tema, entre ellos, la viceministra Martha del Carmen Mesa y el director de Historia y Marxismo-Leninismo del MES, Rafael Emilio Cervantes Martínez. No era un hecho casual: un encuentro nacional para afianzar la presencia del M-L y su penetración a las ya deformadas enseñanzas de la economía política y la historia (no solo la de Cuba).
Además, cercano a la fecha anterior, en la revista Buenos Días aparecía Cervantes Martínez hablando de la continuidad del M-L (cuando la palabra continuidad se emplea por un funcionario en la tv, no tiene la más reflexiva de las acepciones).
Se puede agregar, que en diferentes actos políticos y reuniones se han pronunciado discursos donde se repite el uso del legado estalinista como parte del contenido inamovible de la Revolución.
Contrario a esa tendencia, la semana que pasó se defendió en la Universidad de la Habana para el plan E de estudio (plan que supuestamente actualiza la educación superior) cambiar el nombre de la carrera de Filosofía Marxista-Leninista a Filosofía. Suceso que representa una nueva etapa en la concreción de un reclamo de estudiantes y profesores durante años, y que todavía no ha tenido un espacio mediático. Muchos estudiantes, profesores, egresados, compartieron en redes sociales sus mensajes de alegría respecto al cambio de nombre, pero los medios oficiales, ni caso.
Y con tal panorama, la imagen resultante es que no existe una voluntad política por posicionar a nivel social un marxismo diferente al M-L, sino de reforzarlo. Por eso (no se orienta, porque ya es parte de la retórica) hablar de M-L en los discursos políticos; el departamento rector del MES sigue llamándose de M-L y hacen un encuentro nacional (que sí tuvo mayor cobertura mediática) para coordinar la difusión del dogma. Y eso no es casual…

MC

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