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CARTA PÚBLICA A ANTONIO PEÑA MIRABAL Y ROBERTO FULCAR

Rosanna Salazar

Fuente: Facebook

Señores ministros:
Su autoridad en materia educativa está en juego en estos momentos de crisis sanitaria. La salud de cientos de miles de estudiantes, maestros, psicólogos, personal administrativo y de apoyo y en consecuencia de todos sus familiares, no puede ser asunto de un año escolar, sino una prioridad esencial: ¡una necesidad de vida!
Abrir el próximo año escolar en forma semipresencial es una insensatez política y una total carencia de prudencia, sentido humanístico y violatorio a todas las normas y protocolos de salud que han dicho, ustedes los políticos, que debe seguir el pueblo.
Como maestra con mas de 30 años de experiencia y muy definida vocación docente, me siento en el deber ciudadano de demandarles cordura, compasión, benevolencia y compromiso social con la población escolar dominicana.
No es cierto que ir un día y el otro no, asegura la salud de nuestros muchachos. Piensen en ese escenario de 15, 20 o 30 alumnos de edades distintas jugando a quirarse las mascarillas, a escondérselas a sus compañeros, a usarlas en todas partes menos sobre sus bocas y narices, al “bullying” si alguien sabe de algún familiar que estuvo enfermo, al desgaste de maestros y directivos al intentar controlar todas esas situaciones.
No es verdad, señores ministros, que un niño en edad preescolar o de primaria va a controlar sus necesidades afectivas de abrazar a sus maestras y a sus compañeros o a corretear uno detrás del otro durante el recreo o toparse en sus naturales juegos. Es una insensatez y desconocimiento de la psicología de los adolescentes, creer que estos no se rebelarán por estar seis o siete horas sentados con la boca tapada en medio de este calor del trópico y con el temor al contagio, pero a la vez desafiando, en su contrafobia juvenil y natural, reglas e instrucciones.
¡ Esto no es Japón ni China donde hay otros criterios culturales y los muchachos no expresan emociones ni acuden al contacto. Yo tengo 12 alumnos asiáticos y ni se mueven en el aula, pero los nuestros lo menos que hacen es estar quietos! En República Dominicana, todavía los niños y adolescentes quieren y necesitan ser abrazados, cuidados, consentidos y protegidos. Solo un maestro que ha estado en aulas sabe cómo demandan esos afectos a cualquier edad o nivel escolar.
No hay condiciones de salubridad para abrir las clases presenciales. Si un adulto viola las disposiciones, qué no hará un niño o un adolescente.
Ellos, nuestros muchachos, también tienen sus miedos y han manejado altas dosis de estrés cuando nos vimos en la necesidad de irnos a la forma virtual, pero entendieron que era por su seguridad y la de sus familias. Muchos de ellos y sus familares estuvieron contagiados y otros temìan estarlo… ¿Acaso ha cambiado esa realidad que ahora ustedes los quieren en las aulas para someterlos al riesgo de enfermar o perder la vida?
¿Qué garantía tienen ustedes de que las escuelas dominicanas no se convertirán en el próximo foco de explosión del virus?
De todos es sabido que en la mayoría de los centros públicos, el agua en los baños es inexistente, que la higiene campea por su ausencia, que los padres no tendrán para comprar una mascarilla diaria ni ustedes se la proporcionarán o lo harán unos dias hasta que haya periodistas merodeando.
Si su decisión es para complacer a los empresarios de la educación, les recuerdo que la Salud Pública está por encima de cualquier actividad, dígase comercio o recreación. Si es debido a los contratos para el desayuno y el almuerzo escolar, inviertan ese dinero en dotar a los alumnos de pequeñas computadoras o tabletas y entréguenles a sus padres un dispositivo para internet móvil y mándenles esa comida a sus casas en forma de bonos o compras. Todo eso se determinaría a la hora de la inscripción, bajo la supervisión de las asociaciones de padres de las escuelas y técnicos de ese ministerio.
Impartan cursos y talleres a los docentes sobre el manejo de plataformas digitales, manejo del estrés (durante estos cuatro meses muchos maestros estuvimos a punto de la locura con tanta responsabilidad y presión laboral).
Escuchen las voces de padres y maestros que somos quiénes estamos todo el tiempo con los muchachos. Los empresarios de la educación solo obedecen al interés económico. Nosotros velamos por la salud física, mental, emocional e intelectual de nuestros hijos.
¡Este año escolar no puede ni debe ser presencial ni semipresencial, porque nos quedaremos con semipoblación magisterial y estudiantil!
” Un rey que ama a su pueblo, da órdenes justas y sensatas”.

MC

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