Pensamiento Crítico

Las mujeres investigadoras médicas se citan en estudios un 50% menos que los hombres

Mario Viciosa

Fuente: Rebelión

Ellas son más en el campo sanitario. Cursan en similar número sus carreras y se licencian más que sus colegas. Pero a la hora de doctorarse, investigar y publicar sus resultados, las mujeres investigadoras encuentran un verdadero muro de invisibilidad. Las citas a publicaciones de mujeres investigadoras son sustancialmente menos que las de sus compañeros.

Así, es menos probable que mujeres investigadoras sean reconocidas como expertas y líderes; es menos probable que reciban premios prestigiosos; sean promovidas a cátedras de pleno derecho; ocupen puestos de liderazgo o sean autoras de nuevas investigaciones o comentarios originales en las principales revistas científicas.

Esto se desprende del informe de la Escuela de Medicina Perelman y el Instituto Leonard Davis de Economía de la Salud (Universidad de Pensilvania, EE.UU.) presentado este viernes y publicado en JAMA Open Network. “La cantidad de veces que un artículo revisado citado por otros investigadores se usa comúnmente como una métrica para el reconocimiento académico, la influencia y promociones profesionales”, dice la autora principal del estudio Paula Chatterjee, profesora de Medicina en la Universidad de Pensilvania.

Los artículos publicados por mujeres investigadoras en revistas médicas de alto impacto también tienen menos citas que los escritos por hombres, especialmente cuando las mujeres son autoras principales. De los 5.554 artículos publicados en cinco revistas médicas académicas líderes entre 2015 y 2018, el 35,6% tenía una autora principal júnior y el 25,8% una autora principal sénior.

Menos citas en revistas a mujeres investigadoras sénior y de alto nivel

Durante este período, los artículos con mujeres investigadoras al frente tuvieron citas una mediana de 36 veces. Entre los hombres, 54 citas de artículos con autores principales masculinos. La tendencia se extendió a los artículos con autoras de alto nivel, que se citaron una media de 37 veces, mientras que los artículos de homólogos masculinos recibieron una media de 51 citas.

Los artículos originales con mujeres como autores principales y principales fueron los que menos veces se citaron, con una mediana de 33 citas, mientras que los artículos escritos por hombres como autores principales y principales fueron los más citados, una mediana de 59 veces.

Para Paula Chatterjee “las mujeres investigadoras ya se enfrentan una serie de barreras para el avance profesional, y la disparidad en las citas solo amplía la brecha entre ellas y sus pares masculinos”. Este trabajo, incluso, podría haberse quedado corto, reconocen sus autoras.

Algunas de las revistas incluidas en el estudio se centran en medicina interna, que normalmente tiene una mayor proporción de mujeres representadas que otras especialidades clínicas. Como resultado, los hallazgos pueden “subestimar las diferencias en las citas de artículos académicos entre autores masculinos y femeninos”.

Mujeres investigadoras ¿Faltan vocaciones o sobran techos?

Como contamos con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, España en particular no es un país carente de investigadoras. Al menos, no en la universidad. Hay, aproximadamente, la mitad de hombres y mujeres haciendo un máster o doctorado, de hecho, ellas los superan en cifras ligeramente. Hay bastante paridad en los estudios de carreras cientificotécnicas o de salud. Sin embargo, existen en vocaciones concretas diferencias marcadísimas.

Hay bastantes más sanitarias, desde la enfermería (84,2 % femenina) a la medicina, donde las cifras se igualan. Pero 8 de cada 10 directivos en el campo clínico son hombres. El famoso techo de cristal que deja fuera de puestos de responsabilidad a mujeres capacitadas para ascender, y común a otras profesiones.

Científicas en cifras, 2017 | FECYT

Desde AMIT, Adela Muñoz Páez explicaba entonces a Newtral.es que “al comienzo de nuestras carreras, la mayor parte carecemos del llamado ‘instinto asesino’ que se necesita para imponer el criterio para hacer valer nuestra autoridad. Esto se va aprendiendo con el tiempo. Pero a las mujeres de nuestra generación nos cuesta, porque no hemos sido educadas para destacar”.

Para Rachel Werner, directora ejecutiva del Instituto Leonard Davis de Economía de la Salud, “las disparidades de género en las citas son solo una de las formas en que se deben examinar las desigualdades entre las mujeres investigadoras en medicina. Nuestros hallazgos destacan que las disparidades se derivan en parte de las desigualdades en el reconocimiento y la amplificación de la investigación. Este desequilibrio no se resolverá contratando y asesorando a más mujeres únicamente”.

Este desequilibrio no se resolverá contratando y asesorando a más mujeres únicamente

Rachel Werner, Instituto Leonard Davis de Economía de Salud

Para Werner, también “debemos trabajar para asegurar que las mujeres que ya están en medicina académica sean valoradas y promocionadas por igual por sus contribuciones y sus éxitos. Desde las revistas que publican este trabajo, hasta las instituciones académicas que promueven artículos una vez publicados, todos deben invertir para cerrar esta brecha de género”, concluye.

MC

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