Narciso Isa Conde
El tema no se debe evadir. Es demasiado importante y trascendente. Se trata de decidirnos a romper un círculo vicioso de negación de democracia constitucional a lo largo de la historia republicana. El santanismo, que agredió y pisoteó cruelmente el ideal trinitario, comenzó mutilando resultados anhelados de la “Constituyente de San Cristóbal” (6 de noviembre 1844) y a continuación fue obstruida durante un largo reinado conservador toda posibilidad de un poder constituyente independiente de la Asamblea Legislativa establecida.
Ciento siete años después, el triunfo de Juan Bosch sobre las derechas conservadoras posibilitó elevar el tema constitucional a la altura de la Constitución del 1963, de la derrota del golpe que la anuló y de la Revolución de Abril de 1965 y del poder popular de los comandos constitucionalistas. La brutal intervención militar de EE.UU finalmente frustró ese hermoso esfuerzo llamado a imprimirle democracia real a las bases constitucionales del Estado dominicano.
Desde entonces, la clase dominante-gobernante secuestró las reformas constitucionales desde el poder legislativo bajo su control; algo que el Presidente Abinader asume de nuevo cuando propone que la Asamblea Legislativa actual se aboque a considerar sus propuestas de modificación de la Constitución del 2010, previo pacto de cúpula en el CES.
Por eso la Izquierda Revolucionaria/Mando, en rueda de prensa convocada al pie de la estatua del Coronel de Abril, sintetizó así su determinación:
“La Constitución vigente establece de manera antidemocrática que es al Congreso Nacional o Asamblea Legislativa, convocado como Asamblea Revisora, que le corresponde reformarla ” .
“ Pero ese Congreso es un escenario inaceptable para emprender cualquier modificación a los contenidos de la Constitución del 2010, porque es necesario separar las funciones legislativas de las labores constituyentes; y porque se trata de un organismo antidemocrático, monopolizado por la partidocracia, viciado por el narcotráfico, por riferos, lavadores de dinero, y con una mayorías de legisladores negociantes de la política y sobornables por elites empresariales.”
“Rechazamos categóricamente que esta constitución sea reformada en sus contenidos por este congreso y proponemos para esos fines convocar una constituyente popular y soberana.”
“La única modificación que procedería hacerle en ese Congreso a la actual Constitución es la que posibilite modificar el artículo 270 sobre la manera de reformarla o reemplazarla; eliminando la figura jurídica de la ASAMBLEA REVISORA y reemplazándola por la convocatoria a una ASAMBLEA CONSTITUYENTE SOBERANA, electa por el pueblo.”
“En caso de que el Presidente Abinader, su Gobierno y su Congreso rechacen esta justa demanda recurriremos a las calles, a la movilización del pueblo para hacer valer su soberanía y dignidad”.