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¿Quienes son los responsables de la tragedia del pueblo haitiano?

Narciso Isa Conde

 “Ese pueblo negro -al que sus opresores e impenitentes enemigos le atribuyen todas las culpas de sus actuales y desgarradoras penurias- fue capaz de realizar esa gran hazaña, sin ayuda de ninguna Virgen.

Una hazaña nunca perdonada por las potencias coloniales confabuladas durante 217 años para aplastar su epopeya liberadora.”

Esta pregunta es clave y la respuesta más próxima a la realidad podría ser  trascendente, aunque para ello haya que desmontar no pocas mentiras y abundantes medias verdades.

Aquí en República Dominicana (único país vecino terrestre de Haití)  y a nivel internacional, hay quienes desde las alturas del poder sostienen, inoculan y propagan la idea de que la responsabilidad es del propio pueblo haitiano dado su supuesta “ignorancia”, “atraso cultural” y “salvajismo”.

No faltan dentro de ese paquete, quienes en un tono mucho mas despreciativo de la  las características de su fenotipo humano,  señalan además su origen africano y el color de su piel como causa de su supuesta incapacidad para forjar una sociedad “moderna” y “civilizada”.

En ese tenor no se debe olvidar que los conquistadores de Nuestra América, que exterminaron gran parte de nuestros pueblos originarios, los definían como “seres sin alma”; al tiempo que consideraban a los esclavos/as negros/as, traídos de África, como “no humanos”. Y para sus herederos el único modelo civilizatorio es el propio

De esas consideraciones  se deriva una colonialidad euro-céntrica criminal y la cosmovisión racista basada en la supremacía blanca, que impregna al decadente imperialismo occidental y sus dependencias.

  • HAITÍ: LA PRIMERA GRAN HEREJÍA.

La historia en momentos estelares registra aleccionadoras y consistentes herejías.

Algo así aconteció en 1804 en la parte Occidental de una pequeña y hermosa isla caribeña (mal llamada LA HISPANIOLA), dominada por el colonialismo y la esclavitud impuesta por el Imperio Francés; mientas su lado Oriental estaba a cargo todavía del Imperio Español.

Entonces, su pueblo negro -harto de una larga, pesada y cruel esclavitud- optó por la rebelión hasta lograr la hazaña de la Primera Independencia en Nuestra América acompañada de la Primera Revolución Social Antiesclavista; previa gestación de su identidad nacional y de un idioma unificador de las poblaciones esclavizadas procedentes originalmente de diversas tribus africanas con diferentes lenguas (el llamado “creole”); y previa exitosa gestión del respaldo en armas de parte Libertador Simón Bolívar.

¡Cuánta inteligencia!

¡Cuánta sabiduría!

¡Cuánto valor y cuánta audacia de ese pueblo supuestamente “inferior”!

Ese pueblo negro -al que sus opresores e impenitentes enemigos le atribuyen todas las culpas de sus actuales y desgarradoras penurias- fue capaz de realizar esa gran hazaña, sin ayuda de ninguna Virgen.

Una hazaña nunca perdonada por las potencias coloniales confabuladas durante 217 años para aplastar su epopeya liberadora.

  • SIGUE LA INFAMIA.

Ahora, sin establecer responsabilidades, se repite hasta el hartazgo que en Haití  hay un “Estado fallido” y un pueblo súper empobrecido supuestamente “inválido e incapaz” de auto-determinarse y auto-gobernarse. Igual se afirma que “no hay Estado”, que predomina un caos que solo puede ser controlado desde fuera, mediante formulas intervencionistas a cargo de de EEUU y las grandes potencias occidentales.

La especie proviene de ciertos Súper Estados canallas y elites capitalistas blancas con ínfulas de dominar al mundo y de aplastar las nuevas rebeldías emancipadoras; en el contexto de una marcada declinación de  su poderío y de la violenta agresividad por ella motivada.

De todas maneras -aun en medio de tantas medias verdades y mentiras- vale la preguntarse… ¿Quiénes son responsables de tal fallo, de tal caos y tan brutal empobrecimiento?

Otros/as, en todo más benévolo, afirman que el pueblo haitiano no tiene la culpa de su penosa situación, que más bien ha sido víctima de una partidocracia rastrera y una oligarquía mafiosa y voraz. Y eso es verdad, pero es una verdad parcial, a medias, que oculta el factor fundamental de esa tragedia social y humana: el accionar contra el pueblo haitiano del sistema imperialista occidental, con EEUU a la cabeza y Canadá, Francia, España y casi toda la Unión Europea como aliados.

A eso se agrega en la cola del sistema imperialista la clase dominante-gobernante dominicana, sumisa al coloniaje  y empapada de un racismo hispanófilo y una total sumisión al poder imperial estadounidense.

  • NUESTRA OPINIÓN.

¿Cuál es nuestro  punto de vista?

Pensamos que quienes le atribuyen al pueblo haitiano la culpa de su dramática situación forman parte, son socios o están bajo la influencia perniciosa de los verdaderos culpables.

Asumen así, por intereses creados y conveniencias oportunistas, la ideología de la colonialidad. Asumen la supremacía blanca y se adhieren al racismo imperialista europeo y estadounidense para encubrir las culpas históricas y presentes de las potencias dominantes; procurando ocultar el impacto del saqueo, la depredación ambiental, la sobreexplotación, la imposición de regímenes oligárquicos, dictaduras militares, partidocracias y plutocracias mafiosas.

Preguntemos: ¿quiénes impusieron y  sostuvieron  en Haití a los Duvalier, Namphis, Prósper Abril, Martely, Jovenel Moises?…  ¿Cuántas veces ha intervenido EEUU a Haití?

Aquellos/as que solo le atribuyen a esa oligarquía y a esa partidocracia gansteriles la responsabilidad de los resultados de los poderes establecidos en Haití, lo hacen para no enfrentar a los principales culpables: EEUU, CANADA, FRANCIA y U.E., y para respaldar la posibilidad de nuevas intervenciones imperialistas, que solo no han solucionado nada, sino que lo han empeorado todo.

  • ¿QUÉ NECESITA HAITÍ?

Haití necesita reconquistar su soberanía y que se respete la autodeterminación de su pueblo; y a partir de ese paso trascendente, necesita mucha solidaridad, mucha ayuda desinteresada, mucha cooperación ajena a imposiciones hegemónicas.

Condonación de sus deudas impagables.

 Que se desista del respaldo exterior de fuerzas poderosas  a su partidocracia corrupta y mafias empresariales.

Garantías para que su propio pueblo pueda desplegar su talento y energías en busca de soluciones propias a sus propios problemas.

Necesita abrir la compuertas a un PROCESO CONSTITUYENTE soberano y popular que refunde su Estado, tal y como se demandaba en las movilizaciones multitudinarias frente al gobierno de Jovenel Moises.

  • HAITÍ PUEDE CAMBIAR SI RESCATA SOBERANÍA.

El pueblo haitiano tiene mucha inteligencia, muchos valores, dentro y fuera de su territorio, para encontrar e impulsar soluciones a sus grandes problemas; incluido el de las bandas armadas, que por demás, no es tema exclusivo de Haití, sino global, que incluye policías y fuerzas represivas que no son más que sumas de bandas articuladas.

Su intelectualidad, sus técnicos, los movimientos sociales en lucha, las fuerzas políticas no corrompidas, tienen muchas ideas, proyectos y propuestas para hacerle frente a la crisis y al caos impuesto desde fuera; contrario a lo que pregona la prensa manipulada.

Cuentan, además, con muchas fuerzas amigas y solidarias en el Caribe, en el Continente y en el mundo, impedidas de actuar por EEUU.

Todo esto ha sido invisibilizado y distorsionado por la dictadura mediática imperialista, lo que impacta negativamente sobre el poder en nuestra República Dominicana; apresado por la colonialidad imperialista, que se manifiesta en vergonzosos niveles de pro-imperialismo y crueles expresiones de racismo anti-haitiano.

 Todo esto como si no tuviéramos un enemigo imperialista común y no fuéramos una dependencia, con no pocos  problemas, sino similares ni tan agudos y graves como los que padece el hermano pueblo de Haití, si  parecidos, aunque en dimensiones y volúmenes menores.

 Como si no fuéramos latino-caribeños, predominantemente mulatos/as y negros.

Como si fuéramos europeos/as, gringos/as y blancos/as.

 Así la ideología dominante ha puesto todo patas arribas, convirtiendo al Estado, al gobierno, a la partidocracia y a la cúpula capitalista dominicana en instrumentos de los designios de EEUU en la región, plegados a sus recetas respecto a la crisis en Haití: lo que enrarece  aún más el panorama en el interior de la isla y más allá.

El trato criminal del Gobierno de Abinader a las mujeres embarazas haitianas -sumado a todas las prácticas de discriminación, violación de derechos y abusos contra la migración y los/as dominicanos/as de origen haitiano- nos convierte en una vergüenza  mundial y un Estado canalla.

¡Basta ya de tanta ignominia!

MC

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