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Ucrania: ¿jugada magistral o chapuza de Vladimir Putin?

Rafael de Águila

Fuente: Rebelión

Los peligros son múltiples; las consecuencias gravísimas.

DECLARACION DE PRINCIPIOS. Un cubano que ha sentido gravitar el peligro de agresión por parte de un vecino poderoso no puede quedar indiferente ante una invasión. No importan las razones. La paz, el respeto a la integridad e inviolabilidad territorial y la solución pacífica de los conflictos, piedras angulares del Derecho Internacional, son las razones. Apoyar razones para invadir a un país es aceptar que cualquier país puede invadir a otro. Para Cuba, para todos, eso sería muy peligroso. EEUU podría sostener mañana que Cuba afecta su seguridad nacional y decidir invadirla. Muchos de mis correligionarios de izquierda han minimizado o justificado la invasión rusa. No es posible colocar comillas a la palabra invasión para calificar lo hecho por Rusia. Las bombas y misiles de EEUU y la OTAN asesinan a la población civil. Las bombas y misiles rusos también. Escudarse detrás del arsenal nuclear para invadir deviene burdo chantaje. Las invasiones de unos no valen para minimizar o hacer justificables las invasiones de otros.

A PRIORI. Occidente y EEUU son responsables de la invasión rusa a Ucrania. Eso es un axioma. No atendieron a que Rusia sentía la expansión de la OTAN hacia sus fronteras como amenaza a su seguridad. No era razonable llevar la OTAN hasta las fronteras rusas sin esperar consecuencias. Era una suerte de extensión de la Guerra Fría que invocaba la Guerra Caliente. ¿Cuál habría resultado el comportamiento racional? No incidir en lo que Rusia advertía como peligroso. Imaginemos a Rusia instalando misiles en México o Canadá. -O en Cuba, Nicaragua y Venezuela, como apenas hace unas semanas sostuvo el Vice Ministro de Exteriores ruso Serguei Ryakob-. ¿Qué harían los EEUU? Ya vimos lo hecho en la llamada Crisis de los Misiles de 1962.

EL CASUS BELLI: Analicemos el casus belli: la expansión irresponsable de la OTAN hacia las fronteras rusas. Cada nación es soberana en cuanto a decidir su membresía en toda organización internacional. ¿Por qué una nación decide ser miembro de un sistema de defensa colectivo? Si una nación se siente segura no lo hace. Las naciones que solicitaron su membresía en la OTAN desde 1997 no se sintieron seguras. Los tanques rusos al liberar del nazismo a Europa Oriental instauraron en todas esas naciones la llamada ¨dictadura del proletariado¨, un sistema político manu militari y gobiernos ¨afines¨ a Moscú. Cuando dos de esas naciones intentaron evadirse del ¨tornillo de banco¨ fueron invadidas por el Ejército ruso: Hungría 1956 y Checoslovaquia 1968. Los ucranianos recuerdan de manera trágica el Holodomor -desventura de la que acusan a Rusia- y llevó a morir a millones en 1932/1933. Antes de 1941 Rusia invadió Finlandia, Letonia, Estonia, Lituania, la Besarabia rumano-moldava y Polonia, Las huellas del tutelaje ruso -1945 a 1990- y la muesca dejada por las invasiones a Hungría y Checoslovaquia están frescas en Europa Oriental. Si en América Latina se evidencia un profundo espíritu anti norteamericano a partir de las agresiones de EEUU a naciones de este hemisferio en Europa Oriental se tiene un profundo espíritu anti ruso. No se trata de ideología. Se trata de rechazo que penetra lo idiosincrático desde 1945. En algunos casos -el polaco, por ejemplo- el sentimiento anti ruso data de la época zarista. Rusia apoyó a los separatistas de Abjasia y Osetia del Sur -territorios georgianos acorde al Derecho Internacional- y lanzó sus tropas a invadir Georgia en el 2008. Tales territorios se desgajaron de Georgia y se declararon Estados independientes. En el 2014 Donetsk y Luganks -territorios ucranianos acorde al Derecho Internacional- se escindieron de Ucrania con el apoyo ruso. Y Rusia se anexó Crimea -acorde al Derecho Internacional Crimea resulta territorio ucraniano-. ¡Cuántas fronteras hasta hoy mal trazadas pudieran aducirse para desatar invasiones y anexiones unilaterales! Algunas de las naciones que obtuvieron su membresía en la OTAN desde 1997 conformaron la ex URSS y presentan un no desdeñable % de población de origen ruso -Letonia, Lituania y Estonia-. Pueden temer ser ucranizadas o georgizadas. Temores, idiosincrasias y antecedentes pueden jugar malas pasadas en la Historia.

La República ChecaHungría y Polonia integraron la OTAN en 1999; en el 2004 lo hicieron BulgariaEslovaquiaEsloveniaEstoniaLetoniaLituania y Rumanía; en el 2009 Croacia y Albania. En el 2008 Georgia aprobó en referéndum la solicitud de membresía. Ese fue el preámbulo de la agresión rusa. Ucrania solicitaría la membresía en el 2008, reclamo en el que reincidiría en el 2014. La solicitud ucraniana no ha sido hasta hoy atendida por la OTAN. Tampoco la georgiana. Se necesita de la unanimidad de los miembros. Ello no se logró. ¿Por qué? Ciertos miembros de la OTAN consideraron a Ucrania y Georgia como de muy alto riesgo en materia de futuras acciones rusas y ¡no deseaban verse obligados a tenor del famoso artículo 5to a defenderlas!

La tragedia toma visos de comedia burlesca: Rusia entrega a EEUU y Europa un pliego de demandas exigiendo que Ucrania no acceda a la OTAN. El binomio sostiene que resulta prerrogativa de Ucrania solicitar la membresía -solicitud que llevaba varios años hecha!- A seguidas Occidente y EEUU declaran que en caso de invasión no defenderían a Ucrania. ¿Por qué si Ucrania solicitó su membresía en la OTAN en el 2008, reincidiendo en el 2014, Putin no la invadió entonces? ¿Existían el pasado 24 de febrero indicios acerca de que se concedería la membresía en la OTAN a Ucrania en plazo cercano? ¿Llamó el Gobierno ucraniano a sus ciudadanos a celebrar referéndum con el objetivo de aprobar la membresía? ¿Por qué estalla ¡ahora! esta tragedia?

Desde el 2014 Rusia se ha preparado. Militar, financiera y económicamente. Cree ser autosostenible, poseer amplias reservas. Ha diseñado una estrategia dirigida a resistir el aislamiento. Creó su propio sistema de mensajería de pagos bancarios -el SPFS-, que aúna al 20 % de las transferencias rusas -China desarrolló algo similar: el CIPS.- Y están las criptomonedas. Confió en que Occidente y EEUU aceptarán el nuevo status quo tras una ocupación express de Ucrania. Está segura de vencer el aislamiento, hallar múltiples brechas en el mismo y segura de que no durará mucho. Quizá haya estado segura que Occidente y EEUU dejarían brechas en ese aislamiento, diseñarían un aislamiento bueno únicamente para complacer en la mass media. Rusia evaluó las notables divergencias entre los miembros europeos de la OTAN, y entre la OTAN y EEUU en un momento en el que todos identificaban a China como el mayor peligro. Evaluó que EEUU está hoy más dividido que nunca en su corpus político, tiene un Presidente anciano, partidario de la no intervención; Alemania tiene nuevo e inexperto canciller; Europa depende más que nunca del gas ruso; el Brexit ha debilitado a Europa; Rusia tiene en la OTAN a amigos -el húngaro Victor Orban-; a lo que se suma una Europa diezmada por una pandemia y la creciente ola inflacionaria. Nadie se atrevería a adoptar sanciones. Podrían dañar aún más el nivel de vida de una Europa indiferente a cataclismos ajenos si tales pueden afectar su acomodaticia vida. Ese pudo ser el análisis.

Rusia, en cambio, se cree en el apogeo de su fuerza. Las sanciones del 2014, tras la anexión de Crimea, la llevaron a buscar la autarquía. El pliego de demandas entregado a EEUU días antes de la invasión exigía no solo la neutralidad de Ucrania sino también regresar a las fronteras de 1997: las naciones que desde esa fecha lograron membresía en la OTAN debían ser retiradas. Si nada realista resultó que EEUU y la OTAN consideraran extenderse hasta las fronteras rusas poco practicable resultaba el ultimátum ruso. Era algo a debatir en largas y serias reuniones no a exigir en ultimátum. La invasión a Ucrania tiene lugar ahora ¡porque Rusia consideró estar lista para ejecutar la acción y juzgó a EEUU y a Occidente débiles y desunidos! Vladimir Putin es un estadista muy sagaz. Pragmático. Temerario. No elude riesgos. Consideró era este el momento.

no parecía demasiado desacertado. Después de extraños debates semánticos acerca de qué podría tomarse por ¨invasión¨ -¡se llegó a sostener que si Rusia se limitaba a invadir el Dombass no sería una invasión!-, tras acordar que la invasión resultaba una invasión, Occidente se ha cuidado mucho de aislar a Rusia del sistema de mensajería bancaria Swift, base del sistema financiero global: lo aplica ¨selectivamente¨ a ¨ciertos bancos¨. Excluye a Sberbank y Gazprombank. No se atreve a afectar al sector energético -representa más del 60% de las ganancias por exportaciones rusas, a Occidente, el 60 % del abastecimiento de gas a Alemania, 60% del gas de Austria lo suministra Gazprom; 20% de Francia; en Estonia, Finlandia y Lituania es casi el 100 %; para la UE es casi el 40 % del gas-. La debilidad de Europa es la dependencia del gas ruso. Suplir esta dependencia resulta complejo. Se trata de un suministro ejecutado a través de oleoductos, no desde transporte marítimo o ferroviario. Un corte del suministro y los precios se dispararían. El consumidor europeo no lo soportaría. Si se piensa en eso y la presunción de Putin parece correcta. Sin embargo, las sanciones hasta hoy aprobadas resultan muy fuertes. Y pueden llegar a más. Se discute si pueden dañar seriamente la economía, las finanzas, el comercio y la vida de los rusos. Si lo hacen las presunciones pueden fallar. Rusia tiene un vasto poderío militar pero no económico: su PIB es hoy el 11no del mundo, inferior al de Italia, casi similar al de Brasil.

No debe obviarse el Síndrome de la Frontera Segura siempre sufrido por Rusia. Las invasiones de 1939 y 1940 a Finlandia, Letonia, Estonia, Lituania, la Besarabia rumano-moldava y Polonia fueron ejecutadas ¡para alejar el peligro de las fronteras rusas! Analizar antecedentes y perfiles define riesgos. En este caso define que Rusia es un país celoso con relación a los peligros próximos a sus fronteras, peligros que no suele esperar se incrementen: inicialmente gana tiempo, logradas las condiciones que juzga óptimas, ¡actúa sobre el peligro en aras de suprimirlo! Mas…si Rusia no deseaba mayor expansión de la OTAN puede haber logrado efecto inverso: Moldavia, no miembro de la OTAN y antiguo integrante de la URSS, puede estar aterrada

UCRANIA: ¿CABALLO DE TROYA? Occidente y EEUU pudieron tentar con la sensación de inseguridad y empujar a Rusia a invadir Ucrania. Llevaron a la OTAN hasta las fronteras occidentales de Rusia; ignoraron la solicitud ucraniana de membresía -ofreciéndola en holocausto y flanco débil-; no atendieron la inquietud rusa, ignoraron su ultimátum; declararon -públicamente- que de producirse la agresión no defenderían a Ucrania. Ese pudo ser el go ahead. Ucrania pudo ser concebida como jaula con panal cargado de miel para el oso ruso. ¿El Objetivo? Provocar un ataque que justificara denunciar a Rusia como agresor, destrozar su ethos, sus razones, concluir la demonización de Vladimir Putin -puede llegar hasta su persecución por el Tribunal Internacional de La Haya como criminal de guerra-, convertir a Rusia en paria internacional, aislarla y destruirla -económica, financiera, comercial y diplomáticamente-. Eso está en curso. Si ello fuera así Vladimir Putin, no obstante su muy fría sagacidad ¡pudo haber caído en una trampa de connotadas proporciones!

Los peligros son múltiples; las consecuencias gravísimas. Rusia puede quebrar la defensa de las tropas ucranianas. Destruir su gobierno. Instaurar otro afín a Moscú -que la inmensa mayoría de la comunidad internacional rechazará y aislará.- Es dudoso que el pueblo ucraniano, especialmente aquel que reside en la zona occidental -sector en el que se afinca un no desdeñable sentimiento anti ruso y mayoritario afecto pro occidental- acepte al invasor o al Gobierno que el invasor diseñe. El rechazo a las fuerzas de ocupación puede ser importante. Las sanciones internacionales pueden crecer. Controlar un país pequeño es fácil. Ucrania es el país más grande de Europa: 600 mil kms², 44 millones de habitantes, una diáspora de 20 millones. Ciertas zonas pueden resultar difícilmente conquistables, especialmente el oeste. El Gobierno ucraniano -de no ser descabezado en el viaje como lo fue Muamar el Gadafi por la Fuerza Aérea de la OTAN- podría instalarse en Lviv, muy cerca de la frontera polaca. Occidente y EEUU -sin olvidar la enorme diáspora- lo sostendrían. Eslovaquia, Hungría, Rumania y Polonia limitan con Ucrania. Puede comenzar una larga guerra irregular. Podría ser un callejón. Para todos. Tal vez uno de muy difícil salida para Rusia.

El éxito para Rusia radicaría en que su acto violatorio del Derecho Internacional lleve a la definitiva comprensión por parte de EEUU y Occidente acerca de los reclamos de seguridad rusos. Rusia proclamaría el cese al fuego y la retirada de sus tropas a las fronteras legales establecidas. EEUU, Occidente y Ucrania aceptarían el compromiso -vinculante y verificable- de la neutralidad ucraniana: mantener a esta nación lejos de la OTAN sin asentamiento de armas ofensivas. Rusia haría valer sus pretensiones sobre el Dombass y Crimea. En aras de la paz hoy Ucrania, Occidente y EEUU podrían aceptar eso. Y desmantelarían las sanciones. Oremos para que la paz de hoy no comprometa la paz de mañana. Se recordará el Acuerdo de Múnich de 1936: la cesión a Alemania de los Sudetes, meses después Alemania invadía Checoslovaquia, en 1939 a Polonia. Una Cumbre Rusia / EEUU / Europa-OTAN / Ucrania sentaría las bases -vinculantes, verificables y ventajosas para todos- de un sistema de seguridad colectiva en Europa. No habrá seguridad en Europa si Rusia no se siente segura. Eso es axiomático.

EL ORGULLO HERIDO Y LA HISTORIA. Urge no olvidar los deja-vú legados por la historia. Recordemos las causas de la II Guerra Mundial. El revanchismo y el ultra nacionalismo alemán a partir de la humillación sufrida por Alemania de la mano del Tratado de Versalles. La mayoría de los alemanes participaba con orgullo de las campañas militares nazis. La caída de la URSS, la crisis económica y financiera resultante, fue un muy duro golpe para el orgullo ruso. El ego entero de una nación fue al subsuelo. Si bien no se les impuso un Versalles el propio Vladimir Putin sostuvo que Occidente no solo había derrotado a Rusia en la Guerra Fría sino que también la había humillado. En el 2005 declaró que la desaparición de la URSS fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX, afirmación que no se explica desdela ideología sino desde la hegemonía de gran potencia. Desde el año 2000 la misión de Vladimir Putin ha sido recuperar el orgullo ruso, limpiar la humillación, reparar la catástrofe, reconfigurar el Russky Mir. Abjuró a sangre y fuego el peligro de escisión en Chechenia, recuperó la economía y las finanzas, se lanzó a una importante carrera de modernización de sus fuerzas y medios militares, reactivó las acciones de Rusia en el exterior. Tiene a Kazajistán, Bielorrusia y Azerbaiyán en su esfera. Llevó tropas a Siria. ¡Y salió victorioso!

Rusia y Occidente contendieron por llevar a Ucrania a sus respectivas esferas. Victor Yanukovich parecía decidirse por la segunda para finalmente optar por la primera. Y apareció el Euromaidán. Rusia sostiene -muchos desde la izquierda la secundan- se trató de un Golpe de Estado. Recordemos cierto poema de Bertolt Brecht: ¨El joven Alejandro conquistó la India? ¿El solo?¨ En Ucrania a esa fecha operaban los servicios especiales de EEUU, de varios países europeos y de Rusia. Todos lidiaban con las fuerzas internas compulsándolas en la dirección deseada. Rusia perdió la puja. Si bien parte no desdeñable de las fuerzas implicadas en el Euromaidan -y aun hoy- resultaban de clara filiación ultraderechista –Cuerpo Nacional, SvobodaGrupo Tridente-; ultranacionalistas –Parvyi Sektor, tradición ucraniana que llega desde Stepan Bandera, la OUN y el EIJ– y neofascistas – Batallón Azov– resulta sospechosamente parcializado llamar Golpe de Estado a un movimiento multitudinario cuando no se ajuste a ciertos intereses y rebelión popular cuando se ajuste a ello. No puede obviarse que parte de la ultraderecha nacionalista apoya a Vladimir Putin en el Dombass y…en Europa.

Fue el momento para que el Dombass, región fronteriza con Rusia -alto % de ciudadanos con ese origen que deseaban el acercamiento a Rusia- se sublevara. Desde entonces se cifran en 14 mil los muertos. Cada parte acusa al oponente de genocidio. En toda guerra la primera víctima no es solo la verdad: también lo es estar seguros de algo. En conflictos en los que odios y animadversiones están presentes todos suelen cometer desmanes. Que Ucrania con la elección de Petró Poroschenko como Presidente en junio de 2014 -elegido con el 54 % de los votos; Volodymir Zelensky fue elegido con el 73 %- tomara la vía de Occidente hiere otra vez ¡y profundamente! el orgullo ruso! Pero la humillación impacta a una Rusia que se ha puesto de pie. Lo demostraba la invasión a Georgia del 2008. El revanchismo nace de fértil semilla. El materialismo histórico explica las condicionantes del surgimiento de la personalidad en la historia. El accionar de millones. El accionar de Vladimir Putin. Recordemos otra vez a Bertolt Brecht: el joven Alejandro no conquistó la India él solo. Nadie ejecuta grandes acciones solo.

¿SANTIFICAMOS A LOS SECESIONISTAS DEL MUNDO? ¿Qué harían los españoles si se les escinde el País Vasco o alguien invade y se anexa Vigo? ¿Qué harían los canadienses si se les escinde la francófona Quebec o Francia decide hacer allí un referéndum y anexarse ese territorio? ¿Qué diría Rusia si se le escinde Chechenia o Japón ahora mismo decide anexarse Sajalín? Ya vimos lo que hizo Vladimir Putin con los secesionistas chechenos. Fuimos testigos de cómo un referéndum confirió patria a los kosovares escindidos de Serbia con la santificación y apoyo de los bombardeos de la OTAN. Para bombardear Serbia la OTAN no necesitó que los kosovares fueran miembros de la OTAN. Serbia es débil: es bombardeable. Rusia no. Las posiciones de principios, la verdad, lo justo… antes de materia ideológica resultan materia de la Ética. La verdad no es verdad solo si cuadra a aquel interés o aquella ideología: ¡todos violaban os Acuerdos de Minks! Cuando no es posible a los humanos forjar acuerdos racionales -dada la intransigencia de las partes- se logra engendros que postergan la debacle.

¿Cómo impactarán las sanciones de Occidente y EEUU en un ruso herido en su orgullo? Ello hacer pensar que la tragedia puede continuar, incluso agravarse. Hoy la mayoría del mundo está de un lado -liderada por EEUU y Europa, a lo que se suma Canadá, Japón y Australia- y Rusia del otro -secundada por un puñado de naciones. No olvidemos a ¡China!- Nadie puede vaticinar cómo será en lo adelante el mundo. Será, eso es seguro, mucho más complejo y peligroso. En ese mundo, todo parece indicar, viviremos.

LA GEOPOLITICA: AXIS MUNDIDesaparecida la ideología tras el desmerengamiento -Fidel Castro dixit– de la URSS y la desaparición del ¨socialismo real¨ algunos pensaron era el fin de los enconos. Ello no ocurrió. La geopolítica -el afán de dominio, oh, Nietzsche- lo rige todo. Lo rigió antes. Lo rige hoy. EEUU, Rusia y China, cada uno acorde a su estilo, modus operandi, fuerzas, medios y estrategias pujan por el dominio planetario. A Europa le interesa más el estado de bienestar y es demasiado diversa y desunida como para pujar de manera fuerte y uniforme. ¨La guerra es la continuación de la política por otros medios¨, sostuvo Clausewitz. A lo que Lenin acotó ¨por medios violentos¨. Clasusewitz también sostuvo: ¨La guerra constituye un acto de fuerza para obligar al adversario a aceptar nuestra voluntad¨. Vladimir Putin no ha hecho otra cosa que continuar su política por medios violentos. Ha protagonizado un acto de fuerza para imponer su voluntad. En eso también han incurrido Occidente y EEUU. Muchas veces. Podríamos parafrasear el ¨Dios ha muerto¨ de Nietzsche, suplantarlo por un el postmoderno ¨La ideología ha muerto¨. ¿Qué queda? Contender por el dominio del mundo. Los que contienden fabrican ideologías. Adulteran la historia. Crean corrientes de opinión. Forjan odios. Arman espiritualmente a sus feligreses. Han creado Departamentos de Propaganda que serían la envidia de Herr Joseph Goebbels. Lenin lo profetizó en El imperialismo, fase superior del capitalismo: en el mundo futuro las potencias rivalizarán por el dominio del mundo. EEUU, Rusia y China representan formas particulares de hegemonía. Imperialismos. No pocas veces lo ideológico actúa como solvente de valores. Catalizador de credibilidades. Artilugio convertidor de mentiras en verdades. Y es deplorable. Ideología y ética deben ir tomadas de las manos. Ideología sin Ética no vale un céntimo.

El CUL-DE-SAC DE CIERTOS CORRELIGIONARIOS. Vladimir Putin ha sido tradicionalmente aplaudido por sectores de la izquierda. No falta quien lo crea un partidario. En puridad su ideología es indefinida: variopinta. Desde la ultraderecha también se le ha venerado y no poco. En el 2009 Rusia Unida, su Partido, adoptó el llamado ¨Programa de Putin¨. Ese Partido se define como de centroderecha, conservador y nacionalista. Algunos lo creen deudor de la ecléctica Nouvelle Droite. Vladimir Putin puede definirse como un autócrata pragmático, conservador y nacionalista pan-ruso. ¿Por qué el apoyo de importantes sectores de la izquierda internacional? Porque es enemigo de EEUU y de Occidente. Para la izquierda -geopolíticamente- es una posición difícil. El ethos exige condenar el irresponsable avance de la OTAN hacia las fronteras rusas y… rechazar toda invasión, sea quien sea el invasor.

EPILOGO. Imposible predecir qué depara el futuro. Si Rusia contaba con una operación quirúrgica y relámpago ello no parece estar ocurriendo. Rusia puede ocupar Kiev y puede perder, sin embargo, la puja. A largo plazo quien sabe qué más pueda perder. Todos pueden perder algo. Quizá algunos también ganen algo -China, EEUU-. Algo es indudable: si la OTAN estaba in articulo mortis -como reconoció Emmanuel Macron- hoy está en pleno renacimiento. Si algunas naciones dudaban en integrar la OTAN hoy muchos pueden desearlo. Si se tendieron puentes para depender del gas ruso hoy todos están de acuerdo en derribarlos. Recordemos a Gramsci: pérdida la hegemonía moral se perdió todo. Vladimir Putin puede haber cometido un error de impredecibles consecuencias para Rusia. Para todo el mundo. Para algunos se trata de una ¨jugada maestra¨, un movimiento que doblegará a Occidente y a EEUU. El futuro lo definirá. Algo es seguro: invadir naciones nunca será una jugada maestra. Invadir naciones, asesinar civiles indefensos, es indigno, inhumano, lesiona el Derecho Internacional y debe ser condenado.

La conducta de un hombre de izquierda del siglo XXI -henchido de humanismo y ethos- debe ser a todas luces dual: rechazar y condenar la irresponsable y agresiva extensión de la OTAN hacia las fronteras rusas al tiempo que rechaza y condena la bochornosa invasión rusa de Ucrania. Apoyar invasiones resulta bochornoso. Conflictos existirán siempre. La solución pacífica, aceptable para todas las partes, resulta la única vía posible a emplear por seres civilizados. Todos pueden aducir razones para invadir vecinos y el siglo XXI será un pandemónium.

Si ello ocurriera el planeta habrá hecho su entrada en una nueva era de la geopolítica. Una muy peligrosa.

Rafael de Aguila es intelectual y escritor cubano, que vive en La Habana. Premio Casa de las Américas 2018, narrador, critico, ensayista y politólogo.

MC

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