Pensamiento Crítico

Cuatro científicas nos cuentan qué hace falta para que las chicas quieran ser químicas, matemáticas o ingenieras

Vanessa Tabernero, Esther Palomar, Mª Lourdes Jiménez Rodríguez y Paula Ortega López

Fuente: The Conversation

Dicen los estudios que las mujeres que estudian carreras del entorno CTIM (Ciencia, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas) son muchas menos que los hombres que se dedican a estas disciplinas. En este punto debemos hacer un paréntesis pues en Ciencias de la Salud es decir Enfermería, Farmacia, y en grados de notas de corte altísimas como Medicina o Biología Sanitaria la mayoría son mujeres, al menos en las aulas. Es cierto que en las aulas de las carreras de Matemáticas o Física las mujeres son menos, pero en otras como Biología o Química estamos igualados.

En este artículo os vamos a hablar mujeres que trabajamos en el área de Química, de Matemáticas y de Ingeniería.


Vanessa Tabernero. Author provided

Vanessa Tabernero

Profesora contratada doctora, decana adjunta en el Grado de Química de la Universidad de Alcalá

Desde hace muchos años trabajo en la divulgación científica. Es habitual que haga demostraciones de experimentos ante público de otros niveles educativos. Los niños y las niñas siempre se quedan entusiasmados con todo lo que ven. Cuando les preguntas qué quieren hacer, o qué quieren estudiar, su respuesta tiene que ver con su estatus socioeconómico más que con su actitud hacia la ciencia en concreto. Estudiar una carrera científica requiere esfuerzo y tiempo y a veces quieren estudiar algo más rápido que no sea muy complicado.

Yo estudié Química porque, pese a lo que me costó en el último curso de bachillerato, al final se me dio bien y mi universidad estaba cerca de casa. ¿Por qué no decirlo? Es una elección de la que no me he arrepentido nunca. Es más, cuanta más Química conozco más me gusta.


Paula Ortega.

Paula Ortega

Profesor titular de Química Inorgánica en la Universidad de Alcalá

De mi experiencia vital he concluido que el papel de los profesores y de los maestros es fundamental. Muchas veces he oído decir “estudié esto o aquello porque en tal curso tuve un profesor excepcional que me trasmitió la curiosidad por… o que me explicó una asignatura tan bien que me la hizo comprender”.

Ahí me encuadro yo. Un mundo de científicos y de científicas pasa por tener unos maestros en edades tempranas y unos profesores en la enseñanza secundaria que sepan Ciencia y sean capaces de inculcar su amor por la materia, la curiosidad y la forma de pensar en esta disciplina a los niños y a las niñas.


Esther Palomar.

Esther Palomar

Personal investigador en el departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá

De mi infancia y educación escolar, recuerdo la pasión por las asignaturas de Ciencias, Matemáticas y Tecnología Industrial. No recuerdo sin embargo tomar ejemplo inspirador de ningún profesor en particular, y podríamos decir que mi facilidad en el aprendizaje de estas disciplinas era algo natural o innato.

Por supuesto, podía reconocer la complejidad de ciertos problemas de Física y Química, así como de Álgebra y Cálculo, pero también me costaba esfuerzo la asimilación de conceptos en Gramática, Historia o Literatura. Persistencia y confianza en una misma son quizás las actitudes más difíciles de adquirir en esa etapa educativa y de las que más ayudan en el desarrollo personal y aprendizaje.

Me consta que actualmente los centros de enseñanza están trabajando para proporcionar metodologías de inteligencia emocional, creatividad y motivación a su alumnado. La implantación en los colegios de medios más eficaces de asesoramiento y orientación debería generalizarse para así reducir la tendencia aún existente por estereotipos correspondientes al género de los estudiantes y a la tipología de estudios que escogen.


María Lourdes Jiménez Rodríguez.

Lourdes Jiménez

Licenciada en Matemáticas y diplomada en Magisterio, profesora titular del departamento Ciencias de la Computación en la Universidad de Alcalá y profesora-tutora en la UNED

Fundamentalmente estudié Matemáticas porque la resolución de problemas suponía un reto y cuando obtenía de manera correcta los resultados encontraba una satisfacción que no encontraba en otras asignaturas como Lengua, Historia o Inglés. Siempre me ha parecido mágico el momento en el que se obtiene la solución a un problema, y la sensación es mayor cuando puedo obtener el mismo resultado por distintos caminos. Lo dicho: es mágico.

Cada vez estoy más convencida de la necesidad de que la participación femenina sea mayor en este tipo de materias, especialmente en Matemáticas, debido a que se encuentran en todas las disciplinas y en nuestra vida cotidiana. Parece evidente que los grupos de trabajo en los que participan mujeres y hombres son más productivos y de mayor riqueza intelectual. Conseguir una participación más igualitaria en todas las áreas del conocimiento puede llevar a que la aplicación y solución de problemas que se plantean en la sociedad se puedan resolver de la forma más conveniente y beneficiosa para todos.


Animamos a todos aquellos y aquellas que leáis este artículo a que estudiéis una carrera CTIM cuyo futuro no acaba nunca, porque las respuestas que da a la humanidad forman parte de la naturaleza intrínseca del ser humano. Imaginad por un momento moléculas que, cual flechas certeras, hagan diana en el punto clave de la enfermedad, residuos que sean un tesoro por la cantidad de recursos que extraemos de ellos, drones que detecten plagas, quirófanos inteligentes, algoritmos que determinen las trayectorias más económicas, tratamientos de big–data, etc. Todo ello no es ficción, es Química, Matemáticas o Ingeniería y vosotros también podéis contribuir a ello.

MC

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *