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La educación, al banquillo

Patrocinio Navarro Valero

Fuente: Kaos en la Red

¿A quién le importa la educación?

Frecuentemente saltan a la prensa  alarmantes comportamientos incívicos, violentos, machistas y xenófobos de adolescentes casi niños. Este fenómeno alcanza dimensiones  trágicas en países como EEUU, con sus frecuentes episodios de asesinatos a escolares y profesores en sus colegios,  precisamente por antiguos alumnos de esos mismos centros.

Esto debería dar que pensar. No solo en la facilidad con que cualquiera puede conseguir un arma en ese país, o en la estupidez policial incapaz de evitar que se use en los colegios, custodiados por policías en todos los casos,  sino lo más importante: ¿Por qué?

Tales episodios parecen no tener fecha de caducidad en ese país con tantos pistoleros y desequilibrados, pero ya comienzan a ser alarmantes  algunos de ellos en países europeos como España. Aquí son aún problemas de acoso entre alumnos, indisciplina, falta de respeto a los profesores, y de vez en cuando alguna agresión a los docentes  con el apoyo y hasta con la intervención directa  de padres violentos. ¿Es señal de algo todo esto?

¿Existe algún mal de fondo común?

Sin duda, estos comportamientos eran impensables no hace tanto, cuando la autoridad de los maestros-as era indiscutible y aceptado por los estudiantes y sus familias. ¿Qué ha cambiado y por qué?

Abusos intolerables de autoridad en las aulas, represión y frustración estudiantil, falta de motivación por el aprendizaje, desapego emocional al profesorado, abandono escolar, mala calidad de los contenidos y otras calamidades, son males endémicos que apenas alcanzan a escucharse públicamente. Sin embargo, hubo un tiempo, allá por los setenta del pasado siglo, en que todos estos asuntos, tan ligados al fascismo reinante, fueron ampliamente denunciados por la izquierda. ¿Por qué no se sigue poniendo la mirada en estos temas a la vista de lo que sucede hoy  y ante el peligro de un nuevo fascismo en el horizonte?

¿ Cuántos maestros y maestras ve un ciudadano en la tv?

La gente lee poco, pero ve mucha tele. Y es justo en este medio donde se promociona lo que cada gobierno interesa, y se oculta lo  que no, así que los maestros son invisibles, excepto cuando son agredidos. Y para poner   remedio a este mal, se les nombra autoridad pública, a ver si así se les respeta. Qué diferencia con aquellos maestros y maestras mimados por  la República y amados por los trabajadores, que lucharon por terminar con la incultura y terminaron en cárceles o fusilados. Franco no amaba a los maestros: no se fiaba de ellos. Pero los gobiernos posteriores tampoco aman a los maestros. Por eso son invisibles, y en consecuencia, unos desconocidos con mala prensa: demasiadas vacaciones y otros privilegios. Pero no se hace hincapié  en las difíciles condiciones en que tienen que trabajar,  y en las grandes carencias en su formación profesional.

De esto no se habla

Aunque nadie habla de ello, existe una profunda crisis educativa provocada, entre otras causas, por la politización de los programas escolares, la ausencia casi total de una educación emocional correcta, la  falta de recursos económicos y la  ausencia de profesores familias y estudiantes a la hora de elaborar los planes de estudio. ¿ O es que no tienen derecho?

Esto  último es de vital importancia en una democracia. Como estas que padecemos son falsas, no es casual que todo funcione como funciona.

¿De cuándo acá le importa a los gobiernos que la gente disponga de una cultura amplia, creativa y crítica, o  de una esmerada educación emocional o  de unos valores éticos saludables más allá de la palabrería de los libros de texto y de los entrometidos profesores de religión en las aulas?

Por otro lado, ¿ qué familia normal- y esto aumenta la gravedad del asunto- se interesa por participar en el control de los planes de educación para sus hijos, más allá de ese remedo de la participación reglada de padres y madres en los Centros?

¿ Dónde está la izquierda?

Como profesional de la enseñanza me resulta particularmente llamativa la escasa  atención que en la izquierda  se presta  al tema de la educación. No hay más que echar una mirada a cualquier medio alternativo para observar que en el mundo de las opiniones, críticas y propuestas de cambio al mundo en que vivimos, la educación es la gran ausente. ¿Por qué? ¿Acaso es algo secundario en nuestras vidas aquello que recibimos en la infancia y adolescencia? ¿Acaso no tiene trascendencia?

Estalla ante nuestros ojos el fracaso de la educación mundial cuando vemos con qué facilidad se recluta a la inmensa mayoría de los jóvenes para la guerra, como sucede ahora mismo en medio mundo y en Ucrania. De haber  recibido cultura crítica, educación correcta ética y emocional,  a cualquier joven le sería impensable empuñar un arma y  acudir a  matar a un semejante por orden de cualquier gobierno criminal. Así que estamos ante un asunto político de primer nivel, y extraña que no se encuentre en los foros alternativos. Tal vez tampoco  los profesionales de la educación damos la voz de alarma con insistencia para que la sociedad toda comprenda que hay que cambiar muchas cosas en este terreno, y se ponga manos a la obra, comenzando por dar protagonismo bien visibles a los verdaderos protagonistas:  familias, estudiantes y profesores. Lo demás, no sirve: bien a la vista está.

MC

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