Pensamiento Crítico

La odisea de la humanidad

Iñaki Urdanibia

Fuente: Kaos en la Red

Hay profesores que convierten en comprensible lo complejo, poniendo claridad en la oscuridad. Es el caso de Oder Galor, profesor e la Universidad americana de Brown y fundador de la Teoría del Crecimiento Unificado, como demuestra en su celebrada obra, algunos la consideran como el ensayo más importante del año, «El viaje de la humanidad», editado por Destino al tiempo que se ha publicado en más de treinta países.

Relaciona el pensador y economista los procesos evolutivos, la diversidad de la población y la desigualdad en el desarrollo humano, y lo realiza dividiendo su texto en dos partes: por una parte, los orígenes, los primeros asentamientos y el desarrollo, en el que pasa posteriormente repaso a las teorías de Malthus que dedujo, de manera un tanto apresurada y aventurada, que debido al aumento de la población los recursos resultarían insuficientes, visita a la agricultura y a la importancia del desarrollo tecnológico y de la educación obligatoria y universal; mientras que por otra, se detiene en los orígenes de la riqueza y de las desigualdades, desvelando los momentos de esplendor y miseria, del peso del colonialismo en lo referente al desarrollo desigual, subrayando el peso e influencia de las instituciones, el poder de la cultura, ampliando el foco a las cuestiones geográficas, a la revolución agrícola, hace doce mil años, y sus huellas, extendiendo tal influencia y la presencia humana más allá del continente africano, origen común de todos los seres humanos.

La amplitud de los temas abarcados va acompañada de cuadros estadísticos acerca de las desigualdades, la correlación entre diversidad humana y el desarrollo económico, además de mapas y tablas demográficas, sin obviar los numerosos ejemplos. Todo ello, da como resultado, y no me importa repetirme, una obra de lectura fácil a pesar del amplio abanico cubierto en sus cruces e influencias mutuas.

Dos grandes interrogantes guían la exploración de Oded Galor: la primera, relacionada con por qué los humanos han superado a todas las otras especies en lo que hace al dominio de la técnica, el desarrollo no solamente económico sino también social e institucional, y la segunda, sobre cuáles son las causas últimas de las desigualdades entre los pueblos y cómo tratar de solucionarlas. Echa la vista atrás, alrededor de trescientos mil años, deteniéndola en el Homo sapiens, como especie distintas, señalando que durante muchos siglos parece haberse detenido o marchado al ralenti la marcha de los humanos, limitándose fundamentalmente el nivel de la mera supervivencia a lo largo y ancho del mundo, dándose más adelante, de manera un tanto sorprendente, una notable aceleración en los últimos siglos, en lo que hace a la mejora de las condiciones de vida; en este terreno otra interrogante surge, la que reside en saber por qué se dio un tiempo de estancamiento amplio y cuál fue el desencadenante de la aceleración repentina mentada. Es el intento de explicar esta gran salto el que le conduce a para del misterio del desarrollo la misterio de las desigualdades, y las hondas diferencias entre las sociedades, con particular atención a los dos últimos siglos al abismo que se ha creado en lo referente a la riqueza entre diferentes zonas, etc. La calificación de misterio que emplea Oded Galor…una tanto abusiva.

Los intentos explicativos invierten la flecha, haciéndola ir hacia atrás para rastrear las grandes etapas de la historia, hurgando en los orígenes las posibles causas que puedan dar cuenta de los defectos de fábrica, con perdón, que expliquen el curso que ha tomado el viaje de los seres humanos; los puentes que establece Galor entre el desarrollo tecnológico, el aumento de la población y la capacidad adaptativa de los humanos, hacen que el futuro no sea cubierto por nubarrones según el profesor aportando los datos y las soluciones que según él residen en la preparación, basada en la educación, de las siguientes generaciones en lo que hace a la capacidad adaptativa, fundamentalmente tecnológica según indica. Volviendo la mirada hacia el presente y el futuro, Galor pone el acento en la educación, la tolerancia y la igualdad entre los sexos como claves de un futuro en que nuestra especie de desarrolle de manera armoniosa en los tiempos futuros.

Nadie podrá negar la originalidad y el ingenio del pensador que hace que las respuestas sorprendentes estén a la vuelta de la página, una y otra vez, lo que hace que la mente se dinamice en busca de la cabal comprensión de lo que se expresa, lo que conduce inevitablemente a plantearse interrogantes y reflexiones acerca de ese animal extraño, y singular, que es el ser humano, y su intrincada historia.

Aun siendo cierto que el profesor se mueve al ras de suelo llegando a proponer ciertos planes detallados en el terreno, por ejemplo, de la educación que ha de poner el énfasis en la pluralidad y en la diversidad cultural, soy de la opinión que en sus propuestas se da cierta candidez buenista, a las que en principio nadie tendría nada que objetar a no ser que fuese un malvado de serie, alejando sus argumentos y sus pretendidas soluciones al quid de la cuestión de la desigualdad que reside, si no de manera exclusiva, sí de forma fundamental, qué duda cabe, en el dominio y opresión de unos países sobre otros; aspecto esencial que si no se tiene en cuenta de la manera debida empuja a moverse en un nivel nebuloso y abstracto, como ejemplo, el recurso a la evaluación significativa de la renta per cápita como índice de desarrollo que realiza sin tener en cuenta las desigualdades que oculta esta abstracción generalizadora, o tal vez mejor sería ver en sus posiciones cierto determinismo, o si se quiere un fuerte condicionamiento genético y geográfico, si bien también es cierto que pone el acento, y en ese terreno sus argumentos son impecables, en la cerrazón y falta de diversidad de algunas sociedades, más homogéneas y homogeneízadas, como determinantes en el estancamiento frente al dinamismo de otras sociedades más plurales, y en la que se ha dado más movilidad de pobladores de culturas diferentes, dando lugar a sociedades en las que las instituciones juegan un papel de preservar tales diferencias; tales diferencias suponen ciertas ventajas de cara a la producción en las sociedades de primer tipo siempre que no frenen las innovaciones que procedan de otros horizontes, aspecto, el de los préstamos de otras referencias culturales, que supone indudables beneficios en las sociedades, abiertas, del segundo tipo; así pues, la conclusión reside según Galor en que instituciones más abiertas provocan más aceptación, y asimilación, de ideas nuevas frente a las instituciones más cerradas que se aíslan y se mantienen dentro de sus límites culturales, tecnológicos, etc., lo que se traduce en un desarrollo más veloz, los ejemplos paradigmáticos son la China y la Europa del siglo XIX, las de los tiempos de la revolución industrail. Dicho lo anterior, no sería justo obviar que Galor indica que la desigualdad existente entre diferentes naciones se traduce en desigualdades en el seno de las propias sociedades entre los individuos….sin embargo, buscar la panacea en el abracadabra de la igualdad de oportunidades y la educación resulta interesante, pero un tanto cándido ya que como dijese Orwell: todos iguales mas unos más iguales que otros.

La mirada, de tipo moviola, sirve al autor, y él extiende las enseñanzas de la lección a la humanidad toda, para deducir que la humanidad a pesar de los numerosos desastres que ha vivido, que hacían que las tonalidades apocalípticas copasen la plana, siempre ha superado las dificultades, aptitud necesaria en estos tiempos de incertidumbre y de certidumbre de la creciente crisis climática, y… de un desatado desarrollo tecnológico que hace que el ser humano, como creador, se sienta no pocas veces superado por sus propias creaciones, en un balanceo que hace que la capacidad creativa de Prometeo se traduzca, o pueda hacerlo, en un Frankenstein o un Golem que tomen vida propia…Oded Galor, impertérrito, apuesta por el principio-esperanza del que hablase Ernst Bloch, pues, según afirma, los problemas que crea el hombre en los procesos de desarrollo tecnológico van acompañados de caminos de solución. Amén.

MC

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