Pensamiento Crítico

Crisis económica del 29, diez claves para entender la Gran Depresión

Mónica Arancibia

Fuente: Rebelión

El 24 de octubre de 1929 Estados Unidos amaneció estupefacto cuando la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, se derrumbó y arrastró a miles de inversores. Se vendrían años de crisis con nefastas consecuencias para la clase trabajadora.

La crisis económica mundial, producto de la pandemia del coronavirus y la debilidad de la recuperación económica pos 2008 dejará cicatrices profundas, con consecuencias inmediatas: mayor desocupación y pobreza solo comparables con la Gran Depresión.

¿Cómo fue la crisis económica de 1929?

Un 24 de octubre de 1929, el “jueves negro” como se lo denominó, la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, se hundió y se desató el pánico. El Dow Jones, un índice que evalúa a las principales empresas que cotizan en la Bolsa, cayó hasta uno de sus niveles más bajos alcanzados desde 1800, se dieron casi 14 millones de órdenes de venta en Wall Street. Los precios de las acciones se desplomaron y miles de inversores quedaron en la ruina. Ese jueves, una multitud se congregaba frente al monumento a Georges Washington, antesala de la sede de la Bolsa.

Foto: Cordon Press

A la semana siguiente, el lunes, la bolsa descendió un 12,8 %. El martes, llamado Black Tuesday (Martes Negro), registró una caída adicional del 12 %, se produjeron más de 16 millones de transacciones.

Se decía que los empresarios hacían cola para tirarse por la ventana de los edificios, hubo rumores sobre oleadas de suicidios. Lo comprobado fue que los presidentes de County Trust Co. y Rochester Gas and Electric se suicidaron. Muchos perdieron sus grandes fortunas y fue la ruina de millones de inversores. Los dólares que los capitalistas consideraban que tenían se evaporaron.

A continuación diez claves de la mayor crisis del capitalismo:

1- La recuperación económica de los años 20 en Estados Unidos se caracterizó por el desarrollo de la especulación financiera. Se podía acceder al crédito fácil y vender a plazos para que las mercancías producidas encontrasen compradores. Se compraban acciones a bajo precio, y se vendían cuando subía su cotización. Se alimentó una burbuja bursátil, los precios de las acciones no reflejaban el valor real de la economía. La burbuja se pinchó.

2- La crisis de 1929 fue una crisis del emerger nortemericano. “El actor central de la tragedia del inicio de los años treinta es norteamericano. Es el surgimiento brutal de una nueva potencia capitalista, Estados Unidos, lo que provocó la gran crisis”, señala el economista Isaac Johsua en el libro La crisis de 1929 y el emerger norteamericano

3- La crisis tuvo epicentro en Estados Unidos, pero se extendió rápidamente a nivel mundial. Johsua distingue tres fases: la primera que es propiamente norteamericana que va desde agosto de 1929 a enero de 1931, cuya característica fue el sobreendeudamiento de los hogares, la segunda que va desde mayo de 1931 a julio de 1932 y estuvo marcada por la crisis europea (como la crisis alemana); y la tercera que se extiende de noviembre de 1932 a marzo de 1933 y se relacionó con la inserción internacional de Estados Unidos y en particular a la relación entre el dólar y el oro.

4- La etapa de la Gran Depresión de los años 30 sacudirá al mundo. En Estados Unidos de 1929 a 1933, el Producto Bruto Interno cayó un 28,6 %, la tasa de desocupación que era de 3,2 % en 1929 subió a 24,9 % (aproximadamente 13 millones de personas) en 1933. El volumen del comercio mundial disminuyó un 14,5 % desde 1929 a 1931 y vuelve a descender un 12,2 % desde 1931 a 1933. A comienzos de 1933, cuando Roosevelt asumió, casi la mitad de los bancos había quebrado.

Comedores sociales. Foto: Cordon Press

5- Johsua plantea que lo particular de dicha crisis fue la transformación de EE.UU. en la confluencia de los siglos XIX y el Siglo XX, de una sociedad compuesta por productores agrarios con un proceso de expansión de frontera y con pequeños empresarios individuales a una sociedad de grandes empresas capitalistas y de trabajo fundamentalmente asalariado. El economista destaca el sobreendeudamiento de los hogares como una característica exclusiva de la crisis de 1929. El aumento de la desocupación en este contexto significó un derrumbe del consumo por el peso preponderante de los salarios en el ingreso nacional (en EE.UU. en 1929 representó el 60 %).

6- En el plano internacional el ascenso de Estados Unidos como potencia destruyó la hegemonía inglesa sin poder reemplazarla en lo inmediato. La Primera Guerra Mundial agudizó esta contradicción. Estados Unidos era ya desde los años ’20 una potencia económica (tenía casi la mitad de las reservas en oro del mundo, la productividad del trabajo era 1,5 veces mayor a la británica, y el valor de la libra esterlina se calculaba en dólares), y militar. Pero Estados Unidos intervino tarde en la Primera Guerra Mundial y no demostró aún en el período de entreguerras la voluntad política de transformarse en el nuevo imperialismo dominante. Esto fue cambiando desde la crisis del 30 y en particular durante la Segunda Guerra Mundial. El temor de los capitalistas a la revolución obrera internacional incidió en ese cambio.

La decadencia del imperio inglés y el inicio de la lucha internacional de las potencias imperialistas por la redistribución del mundo, abrieron la época más convulsiva del capitalismo internacional que incluyó el triunfo de la Revolución Rusa de Octubre de 1917, las dos grandes guerras mundiales, y la Gran Depresión de los años ‘30.

7- La combinación de las dos condiciones citadas, el emerger norteamericano como potencia sin lograr imponerse como país dominante y la transformación de dicho país en una sociedad de grandes empresas capitalistas y de trabajo fundamentalmente asalariado es lo que Johsua va a sintetizar como elemento excepcional de la crisis económica mundial.

8 -La crisis económica mundial de 1929 dejó en evidencia la quiebra del sistema de comercio internacional y de pagos y mostró la vulnerabilidad del esquema del libre comercio y del patrón oro (instaurado en 1813 en Inglaterra, establecía la convertibilidad de la libra en oro y hacia 1880 el patrón se generalizó al resto de los países) para controlar las finanzas internacionales. Fue el fin del liberalismo económico o “laissez faire”.

9- A partir de 1933 el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt promovió el New Deal para sacar a la economía de la depresión económica, y buscó reducir el desempleo y atacar el hambre ante el pánico de la burguesía a las grandes tensiones que se venían acumulando en la clase obrera norteamericana y los millones de desocupados. Algunas de las medidas que implementó fueron: la creación de la Dirección para el Progreso y el Trabajo que tenía el objetivo de construir infraestructuras, carreteras; seguro de desempleo, pensiones y jubilaciones. Si bien bajó la desocupación, se mantuvo en niveles elevados (19 % en 1938). A pesar del despliegue del New Deal no fue este el que impulsó la salida de la depresión. Como señala la economista Paula Bach, “recién a partir del 39’ con los preparativos para la guerra, la economía entró en un sendero de verdadera recuperación”. Hubo una gran inversión pública y se desarrolló el aparato militar-industrial por una demanda garantizada por el Estado.

10- La crisis económica mundial profundizó las contradicciones en la estructura económica y política de los países imperialistas y su lugar en el tablero mundial. La decadencia capitalista se traduciría en conflictos de clases como en Francia y España. La crisis del 29 aceleró las tendencias a resolver dichas contradicciones a través de un nuevo reparto de las colonias, de las esferas de influencia y de los mercados mundiales en una nueva guerra imperialista.

Mónica Arancibia. Nacida en Buenos Aires en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2008. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario. Seguir en Twitter

MC

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *