Ernesto Vantroy
Cuando tuve la oportunidad de insertarme como educador en esta sociedad, ya conocía, gracias a Narciso González (Narcizaso), la teoría pedagógica de Paulo Freire. Cómo me deleitaba escuchando los cursos de Radio Santamaría o cuando en alguna charla el maestro desaparecido forzosamente, nos hablaba de La pedagogía del oprimido, o de Acción Pedagógica Para la Libertad.
Llegué a la escuela soñando,desde este pobre país, en ser uno de los que pusiera en práctica aquello que el maestro Freire había dejado como legado para una humanidad libre y liberadora. Cómo soñé despierto que a mi alrededor iba a tener a personas estudiosos, que no vieran su perfil por un diploma de una universidad,sino por el dominio que los estudios nos permitieran tener de la acción educativa.
Pero todo aquello se ha ido desmoronando. Somos unos adultos chuecos que olvidamos que tuvimos una infancia, que sí algo tuvo de felicidad, fueron aquellos momentos en que pudimos SER NOSOTROS MISMOS, a pesar de la expresión aquella de “un gustazo un trancazo”, que no nos importaba, porque olvidábamos todo con tal de disfrutar a plenitud aquel momento.
La escuela que soñé no es aquella donde se atrofia el cerebro de los individuos con unos valores que no tenemos para mostrar y creyendo que le abrimos las puertas al porvenir, cuando justamente la estamos cerrando y votando la llave hacia el fondo oceánico.
Hoy veo a los adultos de nuestra escuela cortando la libertad, incapaces de orientar y pretendiendo ser obedecidos, porque eso hace a los niños buenos e inteligentes. Se nos ha olvidado que TOD@S SOMOS ESCUELA,y que ell@s deben ser parte activa de las decisiones, porque son l@s principales afectad@s, de aquellas acciones que no somos responsables de asumir cuando llega el fracaso.
Olvidamos que existen las múltiples inteligencias y que NUESTRA LABOR es orientar y dejar hacer, porque como decía mi padre, “allá, dentro del mar, cada barco aguanta su vela”, y sólo ell@s son responsables de construir su destino.
Me da lástima ver a “grandes maestr@s” de hoy, hablar de Freire y desconocer lo e irreconocerlo con su forma de actuar; desconocer a Carlos Rodríguez Brandao, no saber NADA de la pedagogía hostosiana y ni digamos de Pedro y Camila Henríquez Ureña o de la pedagogía decontruccionista de los franceses contemporáneos, porque el buen maestro es el que tiene a l@s niñ@s dormid@s abobados y viviendo en el mundo de no saber que Juan es bobo y Pedro animal.
Es imposible, pretender una buena escuela,dentro de un sistema adultocéntrico inferior, incapaz de comprender el mundo de la infancia y donde el alter ego y la incapacidad de conocer el mundo forman parte del dominio universal.
Cómo subsistir en una escuela donde todavía creemos que teclear en el ordenador es estar acorde con los tiempos aunque mi analfabetismo rompa los matices más coloridos?
El sistema NO SIRVE, y pretender hacer lo que esté dicta es propio de la incapacidad que llevamos dentro, para romper con el desorden establecido, remover todas las cimientes sembrar nuevas esperanzas y cosechar las rosas de un orden que por fin, rompa con el caos y forje la nueva sociedad a través de la escuela, donde la alegría infantil, le de forma a la NUEVA HUMANIDAD.
