Opinión Opinión Izquierda Dominicana

INCAPACIDAD Y SERVILISMO EN EDUCACIÓN

Ernesto Vantroy

DÉCIMA

Vestir de la hipocresía
el hábito seductor
y proclamar cuanto error
inventó la tiranía;
minar de la monarquía
el orden justo y social,
y a todo buen liberal
ofender de modos mil,
esto no sólo es servil,
sino también infernal.

Guillermo de Tapia.

La décima anterior nos da una muestra de que ya en el siglo XIX, en sus principios, se utilizaba el término SERVIL, como un despectivo hacia aquellos que, sin escatimar lo más mínimo estaban o se ponían al servicio de otro en detrimento de su propia personalidad.

Durante muchos años nos hemos venido manifestando, con cierto dolor, de la incapacidad de pensar y actuar, en el orden político de los diversos grupos magisteriales, sobre todo, aquellos que pertenecen a los dos partidos más grandes del sistema partidocrático nacional.

Es indudable que, los mismos grupos de poder se han encargado de fomentar la holgazanería en aquellas personas que tienen a su cargo la educación y que, a la vez, son los mismos grupos que se han encargado de desmoralizar al magisterio, aludiendo a las incapacidades mostradas por l@s docentes.

Carecer de capacidad, por ausencia de las lecturas imprescidibles, no sólo se refleja en el poco dominio de los temas a impartir, sino, en la forma en que cualquiera con medio dedo de formación policastra dirige a quienes deben poseer el liderazgo en los centros académicos del país. Vemos agentes del gobierno,oportunistas buscapuestos, creyéndose tener el control total de las escuelas y liceos, por su capacidad de ofrecer falacias y por distinguir el disfraz del desastre que ell@s mism@s han causado.

L@s maestr@s dejan percibir sus incapacidades yendo y viniendo como mandader@s de “dirigentes”, sólo porque le han ofrecido un puestecillo en el gremio o por conservar un carguero directivo que los miembros del partido le ayudan a mantener sin previo concurso de oposición al que no van, porque reprobarían.

Hoy en las aulas solos sabemos de dar una clase, y no bien. No sabemos despojarnos del libro al momento de estar frente a la pizarra y, menos aún, contextualizar lo que enseñamos.

Por eso no formamos para forjar un mejor porvenir a las futuras generaciones, sino que queremos que obtengan un empleo, mientras las fuerzas le den y que luego vayan a morir como despojos, porque ya no le sirven al mercado.

Sé que me criticarán, porque hablo del sistema del que formó parte, pero puedo refutar sobre la base de que he sido un formador crítico y que hemos forjado capacidad de vivir y de transformar, desde la escuela una sociedad que se destruye sola y que no estoy dispuesto a salvar, sino por lo contrario, ayudar en su destrucción y contruir una NUEVA Y DISTINTA REPÚBLICA DOMINICANA.

MC

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