Narciso Isa Conde
La vertiente económica de la crisis integral que afecta las estructuras de poder e impacta a nuestra sociedad, tiende a precipitarse con lo del corona-virus.
Ya no es solo la repercusión del casi insostenible endeudamiento y del elevado déficit fiscal, ni del impacto del deterioro progresivo político-institucional en la economía,
Hay más.
Visto el entorno mundial, estamos camino a un desastre económico-social a consecuencia de la paralización y colapso de una gran cantidad de actividades (deportivas, artísticas, culturales, turísticas, educativas, productivas…) a causa de la pandemia del corona-virus en fase de expansión y a consecuencia del pánico que ha comenzado a instalarse en un país con un sistema de salud altamente ineficiente y privatizado, vulnerable y desbordable hasta niveles que podrían ser dramáticos.
Amenaza una parálisis forzada en una sociedad con escasas reservas y muchas vulnerabilidades.
El propio proceso electoral con el que la clase dominante procura reproducir y airear el sistema, está en vilo. El Corona tiende a obstruirlo y el régimen puede aprovechar la situación para cualquier diablura.
A la decadencia general del sistema se agregan desgarramientos y choque al interior de su bloque capitalista dominante, todos de pronósticos reservados.
Vale el alerta y la preparación en dirección a impedir que vuelquen contra el pueblo humilde y sectores medios todo el peso de una crisis brutal e inédita, provocada por la deshumanización extrema de las cúpulas capitalistas-imperialistas, que han creado una peligrosa tendencia hacia una crisis de existencia del planeta y de la sociedad humana global.
¡Cuidarnos sin olvidar la solidaridad y el cuido colectivo de un pueblo que ha sido víctima de la opulencia de unos pocos que maltratan la Madre Tierra y empobrecen la humanidad!