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SEMANA SANTA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS.

Darvin Hiciano

En los años que tengo de vida, nunca había visto en el municipio de Nagua, en el Nordeste y en el país, una semana santa donde la gente haya hecho uso del recogimiento personal en sus hogares como en la actualidad. Aunque debemos reconocer que no se trata de poner en práctica la vivencia espiritual como lo hacen los feligreses católicos en esta época del año.

En verdad se trata de algo muy particular y especial y es que la semana mayor ha llegado acompañada de un fenómeno que muchos al principio lo vieron como algo pasajero y de corta duración.

Precisamente, se trata de la llegada del Covid 19 a nuestra sociedad, acompañado de algunas medidas como el toque de queda, completando de esa forma el conjunto de límites que nos impiden socializar en reducidos grupos de personas y así dedicar más tiempo a la familia y evitar posibles contagios.

Sin embargo, es importante puntualizar, que el modo de vida del dominicano ha cambiado; tanto así que la prisa ha disminuido en la cotidianidad y el tiempo no es un factor preocupante como en otras fechas.

Claro está que ese cambio de actuar y pensar, se ve reflejado en la conciencia de la persona a medida que se va dando cuenta que el Virus no es un juego, más que cualquier otra cosa, es una realidad que va golpeando a la familia dominicana, proporcionando el aumento de contagiados y fallecidos.

El lema “quédate en tu casa”, pasa a sustituir en esta semana, la frase de “Super semana Santa 2020 “, como cada año es costumbre nombrar la llegada de esa conmemoración.

Sólo así es posible evitar en este tiempo, los aparatosos accidentes que cobran vidas, las riñas, la bebida alcohólicas, las escandalosas bocinas a todo volumen, asi como otras prácticas que hacen posible
que el dominicano la asuma como una costumbre.

En esta época del COVID 19 desapareció en nuestra sociedad el machismo encarnado en los hombres. Fíjense que es muy escaso escuchar decir que una mujeres cayó asesinada en mano de un hombre.

Muchas cosas han cambiado en la dominicanidad.

El corona Virus nos trajo luto, pero también nos ha dado una gran enseñanza, y es que la familia ha tenido que aprender a estar más unida y practicar más la convivencia fraternal.

Siempre aprendemos de los acontecimientos que llegan a nuestras vidas y más cuando nos marcan de una forma vivencial, tocando lo más apreciado que tenemos por delante, la vida.

En los años 80 y 90 era muy notorio en nuestra sociedad escuchar hablar de personas contagiados con el
(V Y H ) sida.

Ese acontecimiento sentó un precedente en la idiosincrasia del dominicano, a tal sentido
que la población al pasar los años se adaptó a ese modo de vida guardando con extremo cuidado las medidas de lugar para no pasar a ser parte de las estadísticas de contagiados por esa enfermedad.

Con esa misma peculiaridad nos vamos acostumbrando a vivir con el covid 19, a tal punto de entender la necesidad de hacer conciencia y que sino al contrario no lo hacemos, nos espera lo peor.

No hay otra alternativa más adecuada que guardar distancia de la otra persona para el cuidado de la salud, hacer uso muy a menudo de la higiene personal, quedarno en nuestra casa y sólo salir si es necesario.

El cambio en nuestra vida es notable y no hay de otra para preservar la vida .

MC

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