Raúl A. Veras
“Honrar, honra”
José Martí
Esa lapidaria frase escrita por el Apóstol de la liberación de Cuba en el mes de julio de 1881, nos viene a la memoria en estos momentos, en que un conjunto de hombres y mujeres, revolucionarios y patriotas de todas las épocas, encabezados por Fernando Peña y Manuel Salazar, se aprestan a realizar un merecido homenaje a ese gran revolucionario dominicano, Maximiliano Gómez (el Moreno), a propósito de conmemorarse el 51 aniversario de su asesinato, por orden de la CIA, en Bruselas, capital de Bélgica, aquel fatídico 22 de mayo de 1971.
El Moreno fue, y es, uno de los revolucionarios más insignes que ha parido nuestra Patria. Con un origen familiar de extrema pobreza y carente de las más elementales facilidades materiales de subsistencia, supo levantarse cual titán, y emerger a base de esfuerzo propio, hasta convertirse en uno de los Jefes más destacados del movimiento revolucionario dominicano después de la guerra de abril.
Por sus cualidades innatas, capacidad, coraje y valentía, se convirtió en el Jefe absoluto del Movimiento Popular Dominicano (MPD), la principal organización de izquierda dominicana de la época de la dictadura balaguerista, y la que llevó el peso principal de la lucha contra la misma.
Al tiempo que dirigía desde la clandestinidad su partido, también se preocupó su superación intelectual y el estudio de la teoría marxista-leninista, y la búsqueda de un camino propio, para intentar hacer los cambios revolucionarios, a raíz de lo que él interpreta como la realidad Dominicana y mundial, imperante en su época .
Después de una tenaz persecución por todo el país, Maximiliano Gómez fue finalmente apresado el 14 de enero de 1970 y encerrado en la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
Eso motivo que su partido planificara un audaz y exitoso plan para obtener su libertad, así como la de un nutrido de cuadros y militantes del MPD que también se encontraban prisioneros en la Victoria y en distintas cárceles del país.
La mañana del 24 de marzo de 1970, es secuestrado el agregado militar de la embajada norteamericana en el país, Coronel Donald Joseph Crowley. Es así como Maximiliano Gómez y 20 de sus camaradas (incluido el dirigente sindical del PRD Juan Pablo Gómez), logran su libertad, pero teniendo que salir para el exilio.
Tanta osadía, no podía ser perdonada por los enemigos internos y sus amos externos. Por eso, la CIA y los aparatos de seguridad de la dictadura, infiltran su partido y ejecutan el plan que terminó con su vida, un 22 de mayo de 1971.
Podemos estar de acuerdo o en contra de su tesis de alianza con la derecha y promover un llamado “golpe de Estado revolucionario”, y que fue convertida en política oficial del MPD, adoptada en su Conferencia de Cuadros “Hilda Gautreaux”, celebrada en enero de 1969. Lo mismo que con el grueso de sus apreciaciones sobre el camino de a seguir para hacer la revolución dominicana.
Es posible que estuviera equivocado en algunas de sus concepciones.
Sin embargo, a la hora de valorar sus aportes a la revolución dominicana; a la hora de pasar balance histórico a su estelar papel desempeñado en el momento en que le tocó actuar, creemos sin lugar a dudas, que sus aciertos y sus luces, pesan mucho más que su errores y sombras.
Y ese balance, lo hace acreedor de ocupar un lugar cimero, y ocupar un lugar uno de los más extraordinarios dirigentes revolucionarios de la Republica dominicana y toda nuestra América Latina.
¡Maximiliano Gómez es un Titán de la revolución dominicana!
Queremos aprovechar este momento en que se trabaja con entusiasmo para honrarlo con un majestuoso acto; para proponer a toda las izquierda dominicana y sectores patrióticos, que se forme un COMITÉ PERMANENTE DE EFEMÉRIDES, cuya misión principal sea la de rescatar y honrar a todos revolucionarios caídos, no solo durante la tiranía balaguerista, sino a lo largo de la historia de nuestro pueblo por su libertad e independencia.
