Opinión Opinión Izquierda Dominicana

CANTAN FASCISMO Y ENRARECEN COMICIOS DEL 2024

Narciso Isa Conde

El Trío de seguros candidatos presidenciales dominicanos fue completado con Abel Martínez, para ampliar el dúo Luis Abinader-Leonel Fernández y tratar de oscurecer aún más la ruta hacia los comicios generales del 2024.
Uno quiere seguir y dos quieren volver a gobernar.

Los tres, al rodar, cantan racismo, machismo y conservadurismo a granel, en diferentes tonos; con gran dosis de xenofobia disfrazada de patriotismo.
Es una “moda” mundial de un capital en descomposición. Una “moda” para prolongar su enfermedad.

En EEUU y Europa el tono coral sube sin cesar, retumba por todos los confines del planeta; y en Nuestra América los hay que no quieren quedarse atrás, entre ellos Abel, Leonel y Abinader, a ser postulados por el Partido de la Liberación Dominicana-PLD, la Fuerza del Pueblo-FP y el Partido Revolucionario Moderno-PRM respectivamente; este último, actual partido de gobierno y los otros dos en las décadas recién pasadas.

Haití, república negra, heroica y vilmente empobrecida por el poder imperial, le sirve de “banquito de picar carne” y “saquito de echar monedas antiguas o motas”, como decían las abuelas.

Muchas falacias alimentan sus discursos y actuaciones: la migración calificada de “invasión”, la supuesta “supremacía blanca”, el trabajo sobre explotado estigmatizado como “carga” para nuestro país, la invasión imperialista como necesaria para supuestamente “combatir las bandas armadas” que el propio imperio creó y centenares de miles de inmigrantes “invasores” abultados en “millones”…

• MERCADOLOGÍA EN ACCIÓN.

Abel Martínez es el que canta más duro, el de más alta nota fascistoide, quizás por estar todavía más lejos del gobierno y con más pedregones podridos tirados en la ruta de su partido.

A los tres, los mercadólogos y asesores de imágenes los han convencido de que la fuente de la victoria reside en esa mezcla abigarrada de anti-haitianismo racista, ecocidio minero, recolonización neoliberal endurecida, machismo, impugnación de las Tres Causales sobre aborto, homofobia, fundamentalismo religioso, Comando Sur, poder mediático y apoyo gringo y oligárquico.

Los tres con mucho dinero (“cuartos”) y recursos ajenos en sus cajas fuertes para una campaña electoral anticipada, ilegal y desbordante. Dinero y poder de Estado y empresarial, una opción; y mucho dinero robado, las otras dos.

Eso nutre un neofascismo al estilo caribeño.

• DETERMINACIÓN SISTÉMICA A CUALQUIER COSTO.

Las fuerzas que dominan el viciado sistema de dominación y sus mecanismos electorales, altamente privatizados, están pues decididas a enrarecer y contaminar de neofascismo el episodio electoral del 2024.

ABINADER-PRM harán diabluras “postmodernas” y antiguas desde el Estado y desde su Poder Empresarial para reelegirse; y el PLD y la FP – bajo control de mafias políticas esencialmente impunes todavía- para tratar de volver.

Pero lo peor –y en esto hay que insistir- es que el guión de ese episodio se redacta con tinta racista anti-haitiana, xenofóbica, homofóbica, adulto-céntrica, patriarcal-machista, fundamentalista-religiosa y servilmente pro-colonial; nutriendo así una modalidad caribeña del neofascismo mundialmente en boga, en el marco global de un capitalismo en decadencia pero todavía agresivamente dominante.

Ese capítulo está recibiendo ahora más energía de ese pernicioso triángulo electoral, representado por esas tres candidaturas presidenciales y conglomerados partidistas convertidos a fuerza de caras duras en empresas multimillonarias- Abinade-PRM /Abel-PLD / Leonel-FP.

Los tres, con su carga de partidocracia corrupta, empresariado voraz e inescrupuloso, generalato delincuente, neoliberalismo recolonizador, racismo anti-haitiano y nacientes maquinarias para-militares o para-policiales… (llámense ANTIGUAS, VIEJAS O NUEVAS “ÓRDENES” DOMINICANAS) -compitiendo por el campeonato en ese lodazal- están decididos a teñir de neo-fascismo el ejercicio político dominante, el gobierno y Estado.

• SIMULACIONES DE LA TRIPLETA.

Todo esto se impulsa revestido de múltiples simulaciones, entre ellas las supuestas preocupaciones de las tres partes y de sus socios menores en múltiples suciedades, por el auge de la delincuencia “no oficial” o delincuencia “común”.

Pero acontece que el Estado dominicano, sus gobiernos y sus instituciones hacen añales están infectados de delincuencia e integrados por mafias políticas, policiales, militares y empresariales, narco-mafias incluidas; todas protegidas por una larga impunidad.

Eso es estructural, sistémico.

La Constitución del 2010, las instituciones derivadas, el sistema jurídico-político y de partidos anexos, están conformados para dar esos productos gubernamentales-estatales.

Las entidades encargadas de fiscalizar, prevenir, enfrentar, perseguir y erradicar delitos son las más penetradas o asociadas a diversas modalidades de delincuencia; oficiales y no oficiales, comunes o gubernamentales.

Sucede con el Congreso Nacional, la Policía Nacional, DNCD, DNI, Sistema de Justicia, Fuerzas de Defensa y sus respectivos Ministerios. Presidentes y jefes de esas entidades o son cómplices, protectores o socios de esas mafias; o, en otros casos, están cercados por ellas y muestran impotencia para enfrentarlas; salvo escasas actitudes tipo Miriam Germán y demás casos particulares.

• CAMBIARLO TODO

Esto pasó ayer y pasa hoy a nivel de gobiernos y Estado, luego de los excepcionales ejemplos éticos de los efímeros Gobiernos de Bosch y Caamaño; seguidos de procesos en que corruptela y crímenes de Estado y comunes, no cesan de crecer bajo tutela imperialista y oligárquica.

A Chu Vásquez, al General Then y a su presidente Abinader, solo le queda bravuconear y allantar. Hacer bulto. A los ex Presidentes delincuentes, Danilo y Leonel, y sus respectivas mafias peledianas y asociadas, no le luce la pose de abanderados del accionar anti-delincuencia.

Es ridículo: una delincuencia, ni es mejor que la otra, ni está en capacidad de acabar con la otra.

El mal hay que arrancarlo de raíz, sacando a todos del poder y cambiándolo todo.

Y como las vías institucionales están infectadas, incluso gangrenadas; como no hay ni siquiera democracia electoral, solo el pueblo movilizado, ejerciendo democracia de calle en actitud de impulsar un PROCESO CONSTITUYENTE SOBERANO, puede erigirse en poder paralelo para detener esa ruta macabra, refundar el Estado, iniciar las transformaciones y construir lo nuevo.

MC

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