En un contexto viciado por la xenofobia y el racismo anti-haitiano, en el marco de show escenificado entre Abinader y el Comisionado de la ONU, el poder Ejecutivo a emitido el decreto 668-22 que se refiere a posesión ilegal de propiedades públicas y privadas por “extranjeros”.
Es un decreto mañoso, tramposo, canalla, trujillista…
Habría que ser muy tonto para no entender lo que en ese Decreto significan las palabras extranjeros, invasiones, ocupaciones…, obviamente referidas a la relación entre población negra, inmigrantes haitianos indocumentados y territorio, solares, parcelas, negocitos, viviendas, barriadas en bateyes y ciudades…
No hay que ser un genio para darse cuenta que el mismo apunta contra los/as inmigrantes haitianos y sus descendientes establecidos en el país.
Ese decreto no está destinado a perseguir, expropiar apresar y deportar a los Vicini, Fanjul, Busto, Cisneros, Consorcios Transnacionales depredadores y demás grandes usurpadores de terrenos y riquezas de esta Nación.
Implica más bien despojar de bienes a los inmigrantes y a la población negra radicada aquí para debilitar los vínculos de las familias con el territorio y facilitar expulsión y no retorno, con tendencia a la llamada “limpieza étnica” y a las crueles represiones.
La UNIDAD POLICIAL ESPECIALIZADA no es para detectar y apresar elites sociales extranjeras, o mafias de otras nacionalidades; fácilmente localizables.
Es para criminalizar la migración haitiana y reforzar las recetas neofascistas en el tema migratorio.
Procede, pues, una fuerte condena al régimen que preside Abinader y al sistema tradicional de partido comprometido con el racismo anti-haitiano, una intensa resistencia por los derechos de los migrantes haitianos y su descendencia, y un despliegue de solidaridad mundial con los reclamos de soberanía y democracia del pueblo haitiano.
Por la Coordinación Central: Narciso Isa Conde
