Coordinadora Antiprivatizacion de la Sanidad-Estatal
Fuente: Kaos en la Red
Son las cuatro de la madrugada y se despierta con un dolor torácico aplastante. Su familia llama al 911 y los paramédicos llegan y diagnostican un evento cardíaco. Le informan de que tienen que trasladarle a cuarenta y cinco minutos de distancia porque sus dos hospitales locales han cerrado en los últimos meses. Cuando llegas al hospital, hay un hacinamiento masivo y te informan de que no hay camas libres en la UCI, ya que el cincuenta por ciento de las camas de la unidad cardiaca están “cerradas” por falta de personal. Esta pesadilla es una realidad pospandémica demasiado familiar sobre la prestación de asistencia sanitaria en EEUU. Esta no es la expectativa que el público espera de la prestación de asistencia sanitaria en una de las naciones más ricas del mundo que ha estado a la vanguardia de la innovación sanitaria del último siglo.
Lo que ha llevado a esta pesadilla pospandémica es multifactorial. La pandemia cambió la forma en que se valora a los profesionales sanitarios y cómo se ven a sí mismos. Durante el apogeo de la pandemia eran héroes que ponían en peligro sus vidas para ayudar a la comunidad. Pero ahora las cosas son diferentes.
Alrededor de 7.000 enfermeras en huelga en Nueva York. La huelga de enfermeras es emblemática de la grave situación. Las enfermeras, que son esenciales para el funcionamiento crítico de todos los hospitales, tienen derecho no sólo a una remuneración y unas prestaciones más equitativas, sino, en última instancia, a ratios de dotación de personal más seguras en todos los entornos de atención al paciente. Lo irónico es que la huelga obligará a estos mismos sistemas sanitarios a sustituir a las enfermeras empleadas por enfermeras temporales de agencias de colocación, lo que agravará aún más sus problemas financieros y, en última instancia, sus resultados. Hasta que no invirtamos en las personas y en su valor en la atención sanitaria, no podremos ver la luz al final del túnel.
Como telón de fondo de esta crisis en evolución, nos preguntamos por qué no es una noticia importante. ¿Por qué nuestros dirigentes locales y nacionales no se ocupan de este problema?
