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Preparan desde ya el eventual retorno de Trump a la Casa Blanca

Mirko C. Trudeau

Fuente: Rebelión

El gobierno de Biden confronta huelgas generalizadas de costa a costa por compensaciones justas. Es un momento sin precedentes en la historia del movimiento obrero estadounidense moderno, con paros desde maquinistas hasta estrellas de cine.

A más de un año de la elecciones de 2024, una constelación de organizaciones conservadoras estadounidenses están preparando activamente un eventual retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, reclutando a miles de estadounidenses para dirigirlos a Washington en una misión para desmantelar el gobierno federal y reemplazarlo con una visión más afín a sus creencias y necesidades.

Liderados por el antiguo think tank Heritage Foundation y abastecido por los funcionarios de la administración trumpista, el esfuerzo de largo alcance es una  especie de gobierno en las sombras a la espera del retorno de Trump, o de algún candidato afín a sus ideas y pueda vencer al presidente Joe Biden el año próximo.

Trump es aspirante a la nominación por el Partido Republicano, un partido con divisiones internas y que carga a cuesta el resultado de las elecciones de medio término, el cual no fue como lo esperaban.

El premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz, señala que en EE.UU. los muy ricos tienen herramientas para moldear el pensamiento en los niveles nacional e internacional, a veces con mentiras lisas y llanas (¡Nos robaron la elección! ¡Las máquinas de votación estaban amañadas!; una falsedad que le costó a Fox News 787 millones de dólares).

Añade que uno de los resultados ha sido una polarización cada vez más profunda, que obstaculiza el funcionamiento de la democracia en Estados Unidos con sistemas de escrutinio uninominal por mayoría simple (donde el ganador se lleva todo). 

Cuando Trump fue electo (2016) con una minoría del voto popular, la política estadounidense, que en otros tiempos alentaba a resolver los problemas con la búsqueda de acuerdos, ya se había convertido en una competencia desvergonzada por el poder, un torneo de lucha libre donde al menos uno de los lados parece creer que no tiene que haber reglas.

Stiglitz afirma que el aumento de la desigualdad es un problema derivado del capitalismo neoliberal moderno, al que también se le pueden hallar muchos vínculos con la erosión de la democracia. “La desigualdad económica tiene como resultado inevitable la desigualdad política. En EE.UU., donde las donaciones a partidos en las elecciones no están sujetas a casi ningún control, el principio de una persona, un voto, se ha transformado en un dólar, un voto”, afirma.

En un contexto de polarización tan excesiva, puede parecer que hay demasiado en juego como para buscar puntos de acuerdo: quienes tienen el poder usan todos los medios a su disposición para conservarlo, como han hecho los republicanos mediante la manipulación del trazado de distritos electorales y medidas para suprimir la participación de votantes.

A fines de agosto Trump publicó en la plataforma X (ex-Twitter) por primera vez desde enero de 2021 -cuando fue suspendido por glorificar la violencia tras el atentado del 6 de enero de 2021 en el Capitolio- una foto suya de recluso tras su entrega en Georgia por más de una docena de cargos derivados de sus esfuerzos por revertir los resultados de las elecciones de 2020 en ese país.

Con el Proyecto 2005, un libro de unas mil páginas y un “ejército” de estadounidenses, la idea es contar con la infraestructura civil en movimiento desde el primer día, para comandar, remodelar y emilinar lo que los republicanos ridiculizan como “el estado profundo” buriocrático, en parte despidiendo a unos 50 mil funcionarios públicos.

“Necesitamos inundar la zona con conservadores”, señaló Paul Dans, director del proyecto de Transición Presidencial 2025 y un antiguo funcionario de la administración Trump, quien habla de un histórico florecer sobre el compromiso.

Mientras, Biden sufre huelgas generalizadas

Mientras el presidente Joe Biden habló de empleos bien remunerados durante su visita a Filadelfia por el Día del Trabajo, Estados Unidos vive hoy huelgas generalizadas de costa a costa por compensaciones justas, en un momento sin precedentes en la historia del movimiento obrero estadounidense moderno, con paros desde maquinistas hasta estrellas de cine.

Más de 170 mil profesionales de los medios y escritores están en huelga exigiendo una compensación justa a la Alianza de Productores de Cine y Televisión, y por otro lado 146 mil trabajadores representados por el United Auto Workers (UAW) están listos para declararse en paro el 15 de septiembre, si los tres grandes fabricantes de automóviles (Ford, General Motors y Stellantis) no logran mejorar las condiciones laborales ni la remuneración.

Según encuestas de Gallup, el apoyo público a los sindicatos está en su nivel más alto en casi 60 años. Una huelga del UAW aumentaría el número de trabajadores en huelga en este país al nivel más alto desde 1983, comentó un artículo publicado en el sitio digital Common Dreams, lo que indica un cambio social significativo y un despertar a la realidad de las condiciones laborales en una economía del siglo XXI que a menudo prioriza las ganancias sobre las personas.

MC

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