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SE VA EL 19

Narciso Isa Conde

Parece que fue ayer el inicio de este siglo, pero han pasado  19 años. Estamos despidiendo el 2019 y todavía bregando con la decadencia de este régimen y otros similares en el Continente, aunque podemos decir con orgullo que el pueblo movilizado de verde por tres años consecutivos logró ahora romperle parcialmente la “siquitrilla”

La fractura del PLD (partido-Estado-corporación) equivale a quiebra de la dictadura institucionalizada y posiblemente de sus veintes años de gobierno, no así al fin del sistema de corrupción e impunidad a cargo del actual régimen de partidos y cúpulas de la clase capitalista y facciones militares-policiales gangsterizadas.

Esta victoria parcial es de Marcha Verde y de los movimientos sociales que confluyeron en ella para librar esta lucha anti-impunidad esencialmente política, en la que los partidos tradicionales y las instituciones quedaron maltrechos, pero todavía con vida.

El hueso resultó más duro de roer que los que muchos pensaron. Las mordidas verdes lograron sobretodo erosionar en mayor grado su parte morada, sin lograr todavía carcomerlo todo.

 El hueso conservó así partes de sus debilitadas estructuras, lo suficiente –ayudadas por el sector más conservador de los iníciales impulsores del movimiento verde- para intentar nuevamente, por la vía de unas elecciones a su servicio, la reproducción de la institucionalidad decadente y el régimen de impunidad con la preeminencia de  otros actores del sistema.

En eso están sus cuestionados protagonistas camino al 2020, año en el que ya desde su inicio electoral podría afirmarse, que en cuanto a  su composición,  Gobierno y Estado resultantes, posiblemente habrán de tener otra configuración y  mayor fragilidad, a consecuencia de una grave división y desgaste de sus agentes de control.

Tendrán lugar cambios de rostros con mayores fracturas sistémicas. Un desgaste acumulado mayor y una conciencia popular contestataria de calado más profundo, agregando los desgarramientos que podrían producirse en febrero y mayo, dentro de una competencia en la que prima lograr impunidad y oportunidades para robar y saquear a cualquier precio.

Cierra el 2019 y la configuración del cambio real sigue pendiente, en buena medida diferido, montado sobre una clase dominante-gobernante que no cesa de exhibir su degradación, una crisis económica en gestación, un neoliberalismo  continentalmente impugnado y un déficit de alternativa que dilata la necesaria ruptura. De ahí el valor de cara al 2020 de la asunción de la lucha por un Cambio Radica Pro-Constituyente, que desmonte la institucionalidad pervertida y promueva la creación de un nuevo Estado con nuevas normas, impactado por nuevos actores sociales y políticos.

MC

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