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República Dominicana, entre democracia ficticia y autoritarismo grotesco

Lilliam Oviedo

En junio de 2012, las fuerzas represivas mataron cuatro jóvenes en Salcedo y sacaron del hospital a varios heridos, para golpearlos, por supuesto. Con esta acción, se acentuó la impopularidad del gobierno encabezado por Leonel Fernández, pero el entonces presidente electo, Danilo Medina, no propuso un adelanto en la fecha del traspaso de mando, porque esa acción implicaba el compromiso de no permitir que las fuerzas represivas acallen la inconformidad disparando a matar. Hoy, cuando el gobierno de Danilo Medina es identificado por la población como el responsable principal de la suspensión de las votaciones el 16 de febrero, la oposición de derecha se une para no exigir la renuncia de los miembros de la Junta Central Electoral, y no mencionar siquiera la posibilidad de que Danilo Medina abandone el despacho principal del Palacio Nacional.

No es un intercambio de favores, sino el resultado de un compromiso común. Es repugnante la imagen de un grupo de partidos (el nombre les queda grande, pero de algún modo hay que llamarles) incapaz de renovarse.

LA PODREDUMBRE EN UNA ETAPA SUPERIOR

Con la interrupción de las votaciones el pasado 16 de febrero, se prolonga el plazo para las tratativas en curso y se coloca el ejercicio del autoritarismo en República Dominicana en una etapa superior.

El sufragio, prostituido y desnaturalizado, es ahora asaltado a las claras.
El gobierno actúa con descaro, y la oposición de derecha se desnuda.
Esa oposición convocó el domingo 23 de febrero a un número considerable de personas, pero las aspiraciones de las mayorías sobrepasan las demandas planteadas en el manifiesto leído en el parque Independencia.
Leonel Fernández, Federico Antún Batlle, Elías Wessin Chávez y otros saqueadores de larga data, junto a Luis Abinader, quien no ha pasado por el Estado pero procede de un grupo abiertamente saqueador, demandan nuevas elecciones, organizadas por la misma Junta Central Electoral y supervisadas por la Organización de Estados Americanos y otros organismos internacionales paridos por el poder imperialista y por la ultraderecha disfrazada. Piden también que Danilo Medina y sus más cercanos colaboradores se comporten bien en lo adelante.

¡No podían concebir algo distinto! Son entreguistas, corruptos y abusadores. Por eso, aunque quieren ocupar los puestos que están hoy en manos de Danilo Medina y su grupo, no mencionan las tropelías del actual gobierno y ciñen el contenido de las consignas a “Se van, se van…”, o bien “e´pa´fuera que van”.

La Junta Central Electoral es resultado del secuestro de las instituciones por parte del Partido de la Liberación Dominicana, y resulta una mezcla de coristas de Danilo Medina con reductos de los tiempos de Roberto Rosario tutelados en forma casi directa por Leonel Fernández. Para la oposición de derecha, basta con que la OEA, IFES y Uniore supervisen su accionar.
¿Acaso ha sido la OEA garante de la democracia y de la buena convivencia en América Latina? El títere Luis Almagro y el democristiano Eduardo Frei no pueden ser presentados como defensores de los pueblos.

De las entrañas de los grupos democristianos surge la Unión Interamericana de Organismos Electorales, Uniore. El jefe de la misión que se encuentra en República Dominicana, el chileno Patricio Santamaría, es una importante figura de la derecha latinoamericana. La Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), fundada por el ultraconservador republicano F. Clifton White (1918-1993), es un engendro de la USAID y de los organismos yanquis que impulsan el atraso político en América Latina y en otras zonas del mundo. Estos organismos no pueden establecer responsabilidades ni desentrañar la corrupción, porque sus financiadores se alimentan del fraude y de la podredumbre. Gobierno y oposición de derecha están de acuerdo en presentar a esos organismos y a esas figuras como entes confiables. Necesitan validar el espectáculo electorero. En la misma línea se han pronunciado órganos patronales como el Consejo Nacional de la Empresa Privada, Conep. De preservar privilegios se trata.

ENTES CONTAMINANTES

En la manifestación del domingo 23, la dirigencia de la oposición de derecha recurrió a una vieja maniobra: encomendó a tres jóvenes la lectura del infeliz documento. Tres figuras jóvenes, pero que han sido candidatos y ocupan posiciones obtenidas a través de los viejos partidos. ¿Acaso dejan de ser ancianas las ideas por tener como exponentes rostros jóvenes? Con la misma maniobra intentan contaminar la parte sana del movimiento, la que mantiene la protesta frente a la sede de la Junta Central Electoral y se niega a dejar de lado la demanda de que el organismo electoral sea transformado y las mayorías sean realmente consultadas. Luis Abinader, Leonel Fernández, Quique Antún, la dirección de la Fuerza Nacional Progresista y demás entes de la derecha, coinciden con el gobierno que encabeza Danilo Medina en la necesidad de aprovechar la prostitución del sufragio. Ellos han participado en eso proceso. Es el servicio que, con el dinero del pueblo, les paga la clase dominante a través del Estado. El gobierno que ha secuestrado los poderes del Estado, es hijo legítimo del Partido de la Liberación Dominicana, entidad desde la cual el grupo encabezado por Leonel Fernández también saqueó al Estado. Además, hay saqueadores de viejo cuño entre las figuras llamadas a protagonizar un gobierno potencialmente dirigido por Luis Abinader. Están sucios del mismo lodo. Se pronuncian contra la detención del coronel Ramón Antonio Guzmán Peralta y contra la tortura de que ha sido objeto el técnico de la compañía telefónica Claro Manuel Antonio Regalado, pero no convierten esos hechos en escándalo de gran alcance, porque con ello se ilegitimaría todavía más el actual gobierno.

¿No es sintomático que, a pesar de que el coronel es de la escolta de Luis Abinader, no se ha convertido en escándalo el hecho? Para Almagro, Eduardo Frei, Ifes y Uniore, el gobierno de Danilo Medina sigue siendo democrático, aunque ha sido torturado y amenazado un acusado. Y para el Conep también. Desde el gobierno, Danilo Medina, quien sabía que sería visto como responsable principal del sabotaje contra el proceso, inició un intercambio de acusaciones… El propósito fue preservar la impunidad. Contaron con la bendición del Conep y de la OEA.

ES MOMENTO DE DEFINICIÓN

Las conquistas populares habrán de conseguirse enfrentando a ese bloque de saqueadores, no haciendo el juego a una parte de él. El gobierno de Danilo Medina tiene como marcas la corrupción sin límites y las más groseras prácticas de abuso contra la población.

¿Cómo considerar auténticos opositores a dirigentes que se niegan a desmontar la maquinaria de saqueo y no se oponen de manera categórica a la impunidad porque son beneficiarios directos de ella? Es momento de insistir en la necesidad de revertir la prostitución del sufragio, iniciada en esta etapa por Joaquín Balaguer y acentuada y modernizada por sus continuadores.

Es momento de requerir compromiso con el pueblo a los grupos que pretenden dirigir el Estado. La abstención consciente y militante les hace daño a los partidos de derecha como conjunto, porque el espectáculo electorero es su vía de legitimación. ¿Cuál puede ser el destino de los votos contados por la JCE actual bajo la supervisión de la OEA, la USAID y los organismos creados por la derecha y por la ultraderecha para validar su presencia en el escenario político continental? Hay viejas alianzas encubiertas y tratativas nada limpias que podrían cambiarles el rumbo. La clase dominante coordina e impone, en procura de que nada cambie. El pueblo tiene que identificar a sus enemigos, y enfrentarlos… Es tarea ineludible y se torna urgente…

MC

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