En medio de una profunda crisis del capitalismo global y un temprano fracaso de su reestructuración neoliberal, el imperialismo yanqui y sus socios de la OTAN, desencadenaron la “guerra sin fin” con el fin de controlar los recursos energéticos del Gran Medio Oriente. Esta guerra genocida, llevada a cabo mediante el bombardeo directo a poblaciones civiles y la destrucción sistemática de la infraestructura que hace posible la vida en estos países con ecosistemas extremadamente frágiles, ha generado a la fecha millones de bajas humanas y de desplazados, enormes destrozos de valiosos patrimonios culturales, que solo han servido para mostrar a la humanidad la apremiante necesidad de infringir una derrota decisiva al capitalismo global.
El Movimiento Caamañista, reunido en su II Congreso, el 11 de noviembre de 2018 resuelve:
Hacer constar ante los pueblos del mundo, su más profunda solidaridad con los pueblos del Gran Medio Oriente y del Lejano Oriente que sufren la criminal embestida imperialista, especialmente en aquellos donde la agresión ha tenido un carácter en extremo violenta y deshumanizado, que sobrepasa todas las oscuras fantasías hollywoodense, especialmente: Siria, Libia, Yemen, Palestina, Kundistan, Afganistán e Irak.