Faustino Collado
Uno de los déficit que ha tenido la izquierda dominicana en toda su historia es el relativo a un sustantivo y a la vez detallado programa de gobierno, que sirva para formar políticamente, diferenciarse de la derecha, convencer, movilizar y organizar para la toma del poder.
El Movimiento Revolucionario 14 de Junio no lo elaboró al asumir el programa liberal democrátivo del Movimiento de Liberación Nacional de 1959; el PSP y el MPD elaboraron líneas estratégicas, nunca un programa de gobierno; así se manejó la izquierda hasta que la izquierda ya legalizada (PCD, UPA) elaboró perfiles de programas de gobierno; luego, en 1979 el PCD aprobó su programa estratégico o socialista; el PTD y el PCT hicieron lo propio entre 1981 y 1982, pero, se trataron, sobre todo, de una caracterización de la sociedad dominicana, y la respuesta estratégica y táctica ante esa caracterización. Eran líneas generales y no programas de gobierno.
En las elecciones nacionales que grupos de izquierda han participado (PCD, PTD, PCT-FA, PTD-NA, FR, MPS, BS: NCT, PS, MST), básicamente por exigencia de la Ley Electoral, presentaron programas recortados, en algunos casos para salir del paso, y fueron programas de escritorios, sin una investigación ni discusión previas.
Esos déficit se han agravado en los últimos 20 años porque la sociedad dominicana hoy es otra, pese a persistir los mismos problemas ancestrales, pero, nuevas causas se han agregado, que obligan a nuevas respuestas, amén de que han surgido problemas nuevos que no hemos estudiado. También hay que reconocer que el capitalismo dominicano, con fuerte presencia extranjera experimenta un proceso de creciente modernizacion y ampliación, con mayores recursos materiales, culturales e ideológicos, que le permite, por ejemplo, ampliar infraestructuras y ejecutar programas asistenciales que antes no existían. Esto obliga a elaborar nuevas alternativas, para insistir en lo que cambia el carácter de un sistema social.
Ha habido, también, mucha confusión entre un programa reivindicativo y el de reformas, que se les exige a los gobiernos de la burguesía, y lo que es un programa de izquierda, de transformaciones revolucionarias, a aplicar desde el poder, el cual no puede usar los mismos mecanisnos y prácticas del Estado burgués
Por todo esto, entiendo que tan pronto se constituya la Coordinación Permanente por un Referente de Izquierda ( COOPERI), una tarea inmediata es la elaboración de un programa estratégico, completado con un programa de gobierno de carácter revolucionario. No se tratará de trastocar, de trastrocar ni borrar todo, porque eso es imposible, pero si invertir la lógica de clase, el destino del producto y sus excedentes y de la ética.
