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¡HAY QUE CAMBIARLO TODO! ¡CAMBIAR EL SISTEMA!

El país arriba al tercer año del gobierno establecido en el 2020 y falta alrededor de un año para las votaciones fijadas para el 2024.

El sistema electoral dominicano, basado en la constitución vigente, en la ley orgánica electoral y la ley de partidos, sigue siendo un conjunto de mecanismos profundamente antidemocráticos, articulados para reproducir la partidocracia tradicional en función de su poder de decisión y de su enorme disponibilidad de dinero de todos los orígenes.

En sus últimos años de vigencia, cada vez más perfeccionado para excluir y negar derechos, su dinámica ha sido garantizar continuidad en el gobierno a los partidos de derecha, o aceptar a regañadientes su relevo por fuerzas parecidas, con la misma sustentación social oligárquica y tutela imperial de EEUU.

La Constitución vigente, aprobada en el 2010, reformada en el 2015 para favorecer la reelección, fue elaborada en interés de consolidar y maquillar estructuras que sirven a las decisiones e intereses de los partidos políticos dominantes y las élites sociales dominantes.  

De ahí que, con un lenguaje que aparenta sustentar un proyecto de “democracia representativa”, en realidad ella se concibió para establecer una partidocracia corrupta asociada a cúpulas capitalistas y patriarcales. 

La definición de “un Estado social, democrático y de derecho” no es más que una falacia, porque todo el conjunto del texto se redactó para impedir que el pueblo decida sobre su propio destino; imponiendo, por el contrario, una forma de dirigir la sociedad a través de los Poderes Públicos, que en realidad excluyen al sujeto pueblo, al que la propia Constitución refiere como el Soberano.

El Estado dominicano ni es social, ni es democrático, ni es derecho.

Las leyes electorales y otras vertientes de las bases jurídicas de las políticas públicas lo empeoran todo en la misma dirección.

 La Constitución vigente estuvo precedida de la Constitución de 1966, menos florida, pero igualmente antidemocrática.

Por eso, el producto electoral post intervención militar estadounidense ha seguido agravando la crisis que empobrece materialmente y culturalmente a nuestro pueblo, depredando a la vez su entorno natural.

Los cambios no han cambiado nada sustancial en materia de ejercicio de poder. Lo bueno conquistado es muy limitado y ha costado mucha sangre y enormes sacrificios.

Cambiar una derecha por otra no es cambio ¡Es una farsa!

COMICIOS DEL 2024: PERSPECTIVAS

Continuar con esta derecha o poner otra parecida, cuál de las dos peores, es lo que ofrecen las votaciones programadas para el 2024, amarradas mediante artículos constitucionales, leyes tramposas, financiamientos espurios, saturación publicitaria y alienación impuesta desde un inmenso poder mediático nacional e internacional.

La JCE, el sistema de partidos, la Embajada de EEUU, la narco-política, la oligarquía capitalista y sus grandes medios de comunicación están montando un mercado para la competencia entre fuerzas ultra-conservadoras, corruptas y corruptoras; un mercado plagado de no pocos candidatos que deberían estar en la cárcel por haberse enriquecido robándose las riquezas creadas por el pueblo y surgidos de nuestra hermosa naturaleza caribeña.

A eso no debe hacérsele el juego para, a nombre de un progresismo inconsistente y acuerdos puntuales, conseguir pequeñas cuotas electorales y algunos cargos menores en el Estado.

Esta bueno de conservadurismos, de apoyar opciones encabezadas por partidos de derecha, que terminan empeorando todo, porque malo sobre malo da peor.

Ya eso lo hemos vivido y sufrido durante 57 años.

Es peor pactar con ellos ahora cuando no hay derechas liberales ni pro soberanía. Todas son conservadoras, neoliberales, pro oligárquicas, entregadas a EEUU y las potencias capitalistas europeas. Y todas desde sus partidos, entidades públicas y privadas, e instancias culturales e ideológicas que crean opinión son promotoras de egoísmos, individualismos, megalomanías y ambiciones personales.

La política convertida en negocio y las campañas electorales en mercados están dominadas por una fuerza abrumadora hasta el hastío, que bien merece el nombre de “Movimiento Dame lo Mío”.

Ofende nuestra inteligencia considerar necesario montarse en los autobuses de esas derechas y sus partidos, camino a unas elecciones que no son elecciones, sino un gran negocio de la burguesía del Norte, de grandes capitalistas dominicanos y políticos corruptos.

Es suficiente ya con esta última experiencia del llamado “cambio” encabezado por Luis Abinader.

El cambio del PLD por PRM ha sido para establecer un gobierno de multimillonarios amarrado a EEUU, a los Vicini, Bonetti, Risek, Estrella, Grullón, Rainieri, Capellán… que antes gobernaban detrás del trono y ahora están directamente ocupando el trono, junto a un presidente de su clase y de su confianza.

El cambio ha sido hacia un Estado cada vez más dependiente y privatizado, al servicio de los intereses de mega millonarios internacionales tipo Bill Gates, Elon Musk, Soros, Mark Zuckerberg, con intermediarios como Abinader, Felipe Vicini, USAID, DEA y Comando Sur.

 Así, al arribar el Gobierno de ABINADER a su tercer año de vida se está confirmando que no podía ser más que un cambio para NO CAMBIAR los males acumulados y sí para provocar una nueva frustración en quienes de buena fe creyeron en el nuevo mesías. ¡ESE CAMBIO RESULTÓ UNA FARSA!

Esta mala experiencia y sus razones deben ser bien ponderadas para evitar repetirla. La misma ha creado una realidad estructural muy costosa para el país, proyectada más allá de estos cuatro años.

El engaño fue posible porque el clamor popular contra la corrupción y la impunidad, engendradas por el sistema imperante, fue empleado fundamentalmente contra el Gobierno de Danilo Medina-PLD; debilitando a Marcha Verde, torciéndole su rumbo independiente, en tanto sus portavoces la dividieron al desconocer la decisión de no respaldar ninguna de las opciones electorales, todas derechistas y neoliberales.

Ciertamente, el clamor popular expresado durante tres años (2017 al 2020) en movilizaciones multitudinarias de Marcha Verde condenó, a nivel de pueblo, 20 años de desgobierno y corrupción del PLD.

Pero al optar muchos componentes de ese movimiento por el electoralismo opositor, el torrente anticorrupción favoreció al PRM y a su candidato presidencial, que marchaba de la mano de WASHINGTON y de elites capitalistas criollas, que apostaron al relevo electoral bajo su control.

Se perdió una gran oportunidad para producir un cambio profundo que desplazara desde las calles el régimen establecido, que debilitara a todos los partidos corruptos que lo sustentan y abriera las compuertas a transformaciones constitucionales y estructurales profundas, a cargo de un movimiento político-social alternativo al sistema de partidos.

La división de Marcha Verde, provocada por la formación de la denominada COALICIÓN DEMOCRÁTICA pro PRM-Abinader, impidió esa posibilidad.

La entronización de esa opción de la derecha conservadora quedó absolutamente controlada por EU y las elites de la lumpen burguesía dominicana, situándose abiertamente contra la soberanía del país y la autodeterminación latino-caribeña; y, además, comprometida con los inútiles y brutales esfuerzos de EEUU por detener y revertir su decadencia.

Por esas razones, el llamado cambio -como pasó con el ascenso del PLD al gobierno en 1996- en poco tiempo ha resultado sumamente perjudicial para nuestro pueblo y nuestra Nación.

HECHOS QUE DESMIENTEN A PORTAVOCES Y BOCINAS OFICIALES

Abinader se presenta al país y al mundo como el creador de una especie de paraíso terrenal situado en los primeros lugares de desarrollo económico y bienestar social del Continente, en un atrevido ejercicio de reemplazo de la realidad por una fantasía política.

Pero los hechos lo desmienten:

  • Las cargas negativas de la multicrisis crónica y la decadencia agresiva del sistema imperialista occidental -agravada por la COVID 19- han sido volcadas sobre la mayoría popular y sectores medios de nuestra sociedad. El asistencialismo aplicado no logra contener la carestía y los procesos de empobrecimiento.
  • Igual acontece con el impacto económico-social del nuevo episodio de la guerra global infinita, a cargo de la OTAN convertida en instrumento de súper clase capitalista mundial y del PENTÁGONO; episodio escenificado en Ucrania con el propósito de debilitar, balcanizar y apropiarse totalmente de los territorios de la Federación Rusa y las ex repúblicas soviéticas.
  • Esto responde al interés de las élites transnacionales y sus socios locales, cuyas 500 personas más ricas, solo en la primera mitad del 2020, sumaron a sus enormes fortunas 852 mil millones de dólares, mientras Elon Musk, el hombre más rico del mundo, agregó a la suya 96 mil 600 millones de dólares; todo esto a costilla de los pueblos.
  • El Estado dominicano está siendo gestionado directamente por las elites capitalistas mundiales y por grandes empresarios nativos y la tecnocracia a su servicio.
  • La política exterior de este gobierno ha sido totalmente subordinada a los designios de la Casa Blanca y el Pentágono.
  • La USAID y el Comando Sur operan descaradamente en nuestro territorio como factores de intervención política, administrativa y militar. La Verja Fronteriza está a cargo de las fuerzas de seguridad de EEUU e ISRAEL, con presencia directa del ejército estadounidense, este último, incluso, explorando minerales estratégicos.
  • En el campo de la educación, a pesar de contar ese ministerio con el 4% del presupuesto nacional, este gobierno no ha logrado revertir mínimamente la pésima calidad de la enseñanza, entre las peores del mundo; ni tampoco reducir el negocio privado en una vertiente de las políticas pública que debería ser un derecho social financiado por los contribuyentes. Pero sí ha logrado proteger a los responsables de la enorme corrupción desatada durante la gestión de Roberto Fulcar.
  • En materia de salud y seguridad social, lo que pasa con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en manos de la banca privada se asemeja a un conjunto de estafas impunes; y esto, junto al auge de la salud como negocio, vía privatización progresiva del sector, ha conformado un sistema de salud y seguridad social abusivo, ineficaz, extorsionador y dañino.
  • La acción de justicia, instrumentada por una PGR cercada por un sistema hostil, se ha concentrado contra el PLD-Danilo y obviado en gran medida la corrupción de otros gobiernos y sobre todo de las mafias empresariales, militares y policiales.
  • Los gobiernos de Hipólito y Leonel no han sido tocados…ni hablar el PRSC y otros aliados del PLD. Pasa igual con delitos ambientales, Punta Catalina, sobrevaluaciones y consorciados de ODEBRECHT.
  • La gran corrupción empresarial denunciada está intacta: ANTENA LATINA, EGE HAINA-FONPER, EGE ITABO, MAFIA-GAS PROPANO, SANSOUCI y COGENTRIX. Narco-generales y narco-política en cúpulas gubernamentales y partidos manchados de narco-corrupción, han sido protegidas.
  •  Los subsidios y la asistencia a la podrecía y capas medías en vía de quiebra crecen porque crecen sus penurias y dificultades, pero ellos van detrás de necesidades crecientes; mientras son escandalosas las exenciones y exoneraciones a favor de las elites capitalistas.
  • La crisis alimentaria no es solo porque la ingesta de proteínas y otros nutrientes es precaria, sino porque además abundan las comidas basura, alimentos y bebidas tóxicas.
  • Crece el endeudamiento externo dentro del esquema del FMI y el BM hasta representar el 70 % del PBI, y crece atado a privatizaciones de patrimonio público y natural de la Nación, a través de numerosas Alianzas Público-Privadas (APP) y Fideicomisos y sus respectivas leyes.
  • La mitad del precio de los combustibles son impuestos destinados al pago de la deuda externa, mientras perdura un régimen fiscal regresivo basado en impuestos al consumo. 
  • El endurecimiento del neoliberalismo y de su línea de privatizaciones, es alarmante. La suma de las leyes minera y ordenamiento territorial, más las leyes de APP y Fideicomisos, y el proyecto de ley de agua, constituyen un entramado para completar la apropiación privada del patrimonio público y natural del país.
  • El plan de privatización de los recursos hídricos se basa en la anulación del agua como derecho humano y como necesidad vital de los pueblos; convirtiéndola en bien económico, en mercancía, en fuente de garantías de créditos; autorizando proyectos rentables para su aprovechamiento, administración y uso privado. Esto incluye presas, acueductos, sistemas de riego…
  • A lo largo de todas las cordilleras del país más de 300 concesiones de exploración mineras impactan importantes ríos y otras fuentes de agua.
  • En lo inmediato el plan minero implica autorizar la expansión de la Barrick Gold y su nueva y letal presa de colas, la expansión de FALCONDO a Loma Miranda y las concesiones de explotación a UNI GOLD en el Nordeste fronterizo y a Gold Quest en el Suroeste, con impactos altamente destructivos de los sistemas de agua del Yaque del Sur y el Río San Juan y de los ríos Artibonite y Masacre; lo que ocasionaría mayores daños a la agropecuaria y a la vida en toda la isla.
  •  Incluye, además, la exploración y explotación de nuevas áreas de minerales de gran valor para las tecnologías de punta como las tierras raras y el titanio. En ambos renglones ya se han aprobado acuerdos y concesiones:
  •  El Ejército estadounidense anunció que su unidad especializada en minería está explorando yacimientos de tierra rara en Pedernales y a lo largo de la frontera con Haití, algo relevante para su industria militar y su industria microelectrónica.
  • Está en curso también una solicitud de explotación de titanio en Pepillo Salcedo, mineral de similar importancia.
  • Además de esta suma de hechos ominosos, entre los que se destaca el reemplazo criminal en amplias zonas del país de la producción agropecuaria para favorecer la economía minera, está en marcha acelerada un megaproyecto para remodelar aún más nuestra economía de servicios afines a las conveniencias de la cúpula de la clase capitalista transnacional.
  • La reestructuración y ampliación del Puerto de Manzanillo, bajo el mando de USAID y del Comando Sur, conectado por ferrocarril con el Puerto Nodal Punta Caucedo y el Puerto de Haina, responden al inicio de ese proyecto.
  • El plan estratégico en ese orden es convertir la República Dominicana en una gran plaza del comercio y transporte transoceánico, aprovechando la ubicación de esta isla en la Cuenca del Caribe, en el paso entre el Sur y el Norte, entre el Este y el Oeste del planeta, y entre dos océanos y dos hemisferios inmensos.
  • En otro orden, está en marcha el propósito de tres grupos del gran capital privado para apropiarse de las EDES y controlar nuevas áreas del sistema energético nacional.

DAÑOS CULTURALES

 A la vistatantos palazos, picazos, pasarelas y shows mediáticos, con tan pocos y tan malos resultados, incluidos desgarradores daños culturales. Observemos:

  • Con Abinader y el PRM, el poder constituido es cada vez más machista, la violencia contra la mujer agobia, los feminicidios crecen, los atropellos a haitianas embarazadas, a los inmigrantes procedentes de Haití y a sus descendientes nacidos aquí, no cesan.
  • El compromiso de consagrar el derecho al aborto en casos de embarazos que ponen el peligro la vida de la mujer embarazada, de incesto y de inviabilidad del feto (las tres causales). ha sido traicionado por el propio Presidente y por el partido de Gobierno.  
  • El presidente Abinader, las cúpulas eclesiales, los partidos tradicionales, los congresistas y el Tribunal Constitucional TC, se han confabulado contra las mujeres y contra el hermano pueblo de Haití, en una nefasta combinación de machismo, racismo y xenofobia.
  • El neofascismo, con fuerte base de racismo anti haitiano, odio racial contra la migración y sus descendientes, ideología patriarcal, abuso infantil, homofobia, fundamentalismo religioso, egoísmo extremo e insolidaridad humana, sigue creciendo en forma alarmante y arropa el sistema tradicional de partidos y no pocas entidades estatales

 Estos han sido tres años de capitalismo voraz, de neoliberalismo duro acompañados de aguda crisis ambiental, proyectos mineros destructivos, altísima inseguridad ciudadana, abundantes violaciones de derechos y auge de la criminalidad; realidades agregadas al desastre mafioso, y también neoliberal, de los 20 años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Abinader y la oligarquía capitalista tienen tres años restaurando y modernizando esta neo-colonia bajo la tutoría imperialista; impulsando a la vez el atraso cultural a ser plasmado en un Estado religioso, racista, pro-fascista, intervenido en múltiples vertientes por EEUU y con unas fuerzas armadas atadas al Comando Sur del Pentágono.

UN PUEBLO EMPOBRECIDO, SIN SOBERANÍA Y SIN DEMOCRACIA REAL*

La pobreza calculada en función de los ingresos familiares afecta al 45% de la población, mientras la pobreza extrema abruma al 22 %.

El salario mensual promedio real se ubica en 10,695 pesos

Los recientes aumentos no cambian la tendencia al empobrecimiento… Para variarla y disminuir la pobreza, el salario mínimo en las grandes empresas debería ser de 43,190 pesos, en lugar de 24,990. 

 Pese a que los trabajadores producen más, “ganan menos que en la década de los noventas”, porque la carestía reduce el poder de compra de los ingresos individuales y familiares.

Si bien “es cierto que las riquezas del país han aumentado, registrándose a la vez una “descomunal concentración”, en las elites capitalistas y sectores medios privilegiados, “el 70 por ciento de la población no tiene acceso a esos beneficios”.

El salario dominicano se ubica entre los cinco más bajos de la región latinoamericana, y el ingreso laboral real hoy es un 17% más bajo de lo que era en 2000, “mientras que la productividad del trabajo casi se ha triplicado con respecto a ese año, aumentando en un 187%.”

 “Más de 600 mil dominicanos” están totalmente desempleados.

 A esto hay que agregar que el subempleo -dado que el 53 % es economía informal. Es grave el desempleo en mujeres y jóvenes, ronda el 25%. Las pensiones son miserables.

Según el Banco Central, “entre 2014 y 2017 se crearon 380,608 empleos, el 53% (201,813) en el sector formal, y el 47% en el informal”.

El 97 % “se creó en el sector servicios, en ramas poco productivas y donde no se requiere de mano de obra calificada”.

Las jornadas laborales son realmente agotadoras y múltiples (pluriempleo). Mala alimentación, transporte agobiante, apagones, casuchas destartaladas, 1.2 millones de viviendas en pésimas condiciones.

Además, escasez de agua, desagüe pluvial catastrófico, alcantarillado precario, cañadas contaminadas, enfermedades y epidemias a granel, nivel educativo y servicios de salud de los peores del continente; inseguridad de todo tipo, alarmante y creciente violencia de género y racista, persistente abuso infantil, auge de la delincuencia, represión y extorción policial …

Por tanto, no hay democracia económica ni social…ni en el régimen de propiedad para producir y vivir, ni en los ingresos percibidos, ni en el acceso al consumo, ni en las condiciones de existencia…

Hay desigualdad social en todo: alimentación, viviendas, transporte, diversión, servicio salud, escuela…Ambiente contaminado. Graves daños a la naturaleza…negación de derechos vitales a los seres humanos y a la Madre Tierra…sistema de vida abismalmente desigual…

Predomina la antidemocracia en lo económico, social y cultural. Domina la ideología autoritaria, caudillista clasista, machista, racista, adulto-céntrica… Impera el despotismo económico, social. político y cultural…

La economía nacional contiene un fuerte componente de narco-economía, que va convirtiendo al estado en un narco-estado, junto a otras expresiones de delincuencia estatal.

Mucho se ha hablado de la política y las votaciones convertidas en negocios, de los partidos en empresas, de un sistema institucional que garantiza sobretodo antidemocracia. Esto incluye transfuguismo y alianzas convertidas en reparto de cargos electivos y empleos públicos.

Alarma la forma irresponsable como este gobierno atiza la intervención militar en Haití, sin medir su potencial genocida, el impacto estimulador del éxodo de su pueblo, su repercusión sobre la migración haitiana radicada aquí y su estímulo a la siembra de odio.

Todos estos males son sistémicos: explotación, corrupción, autoritarismo, partidocracia, plutocracia, negación de democracia y autodeterminación, patriarcado, ecocidio, la supremacía blanca y su correspondiente racismo.

Todas las relaciones de poder a nivel de Estado, sociedad, economía, familia, minería, vínculos con el exterior…están impregnadas de esos modos de oprimir, de discriminar y hacer política; pese a que el pueblo sencillo no renuncia a su compromiso con la solidaridad y la justicia.

Un estado y un gobierno conformado a base de esos contenidos procura siempre rechazar las demandas que tocan los intereses dominantes de la partidocracia, la oligarquía capitalista, el generalato corrupto, el patriarcado y el capital depredador y contaminador del medio ambiente…por más respaldo popular que demuestren tener los mismos.

Eso explica el bloqueo a las principales demandas de los movimientos sociales y motiva la necesidad de asumir transformaciones políticas que modifiquen las relaciones de poder; que garanticen profundos cambios estructurales e institucionales, que impliquen desplazar este poder opresor y construir uno nuevo, diametralmente diferente; comenzando por elaborar -con participación popular- una nueva Constitución que siente las bases de una nueva institucionalidad.

De ahí la importancia de llevar estas ideas al seno del pueblo, a sus sectores más sensibles, a quienes necesitan voltear la tortilla; a quienes aman la justicia y la vida, y pueden decidirse a vencer el poder que nos mata.

  Cuando gran parte de nuestro pueblo capte estos datos de la realidad y estos resultados desgarradores… cuando identifique con precisión a los responsables de sus sufrimientos y carencias, y asuma como conciencia crítica y acciones transformadoras su significado -incluida la comprensión de las causas relacionadas con las esencias del sistema dominantes y las estafas políticas de los últimos 57 años- entonces los culpables serán vencidos.

Cambiar una derecha por otra derecha no es cambio.

 Esta institucionalidad hay que cambiarla de raíz, comenzando por ejercer en gran escala democracia de calle para emprender un Proceso Constituyente transformador del poder establecido y de esta injusta sociedad.

FUERZAS, VÍA Y PROPUESTA ALTERNATIVA

  • Las fuerzas sociales y políticas de la acción transformadora.

 La fuerza de la acción transformadora, las que potencialmente pueden integrarse a la lucha y contribuir al cambio radical son los trabajadores/as asalariados/as de la ciudad y del campo, las familias campesinas empobrecidas o sometidas a las manipulaciones del gran capital agroindustrial depredador y a los rigores derivados la carestía, los bajos salarios y las intensas jornadas de trabajo.

 El pueblo de las barriadas pobres que es agredido en su vida cotidiana por la negación del derecho a la salud y a la educación de calidad, castigada por los apagones, la mala alimentación, la inseguridad, el empleo precario y la insalubridad donde habita.

 La gente azotada en su vida cotidiana por la degradación ambiental y el déficit de vivienda.

 La juventud sin trabajo y sin escuelas, los desempleados, subempleados y chiriperos que opten por rebelarse ante la exclusión social y abusos de poder.

 Los micros, pequeños y medianos empresarios agredidos por el gran capital y por las medidas neoliberales

 Las mujeres enfrentadas a múltiples maltratos y modalidades de discriminación, a la violencia machista y a todas las formas de exclusión impuesta por el patriarcado.

 La juventud estudiosa y trabajadora que se indigna frente a las injusticias y a la falta de oportunidades para crecer en todos los órdenes.

 La intelectualidad inclinada a abrazar un pensamiento crítico.

 En estas fuerzas sociales existe una potencialidad para enfrentar los males acumulados y sustituir el poder que los genera.

 Constituyen una potencialidad que solo podría convertirse en realidad a través de las luchas y sus enseñanzas, del choque con el poder constituido, con el Estado y la clase dominante-gobernante, que sistemáticamente se oponen y bloquean sus demandas, sus derechos vitales y sus aspiraciones a una vida digna, al bienestar colectivo y la paz.

  Es una potencialidad que puede generar energía activa, acción transformadora, cuando las necesidades insatisfechas y el descontento acumulado se convierten en indignación, y la indignación pasa a ser rebeldía consciente: movilizaciones, paralizaciones, huelgas y protestas conducidas contra las fuerzas que detentan el poder y lo usan para negar derechos, explotar, excluir, discriminar y abusar.

 Protestas con propuestas negadoras del sistema establecido, del marco jurídico-político-institucional en que está basado.

 Así la confrontación social, sus enseñanzas, facilitan sembrar y adquirir conciencia política transformadora, para pasar de lucha reivindicativa a la lucha política por la disputa de poder.

 Esto es posible siempre que el factor vanguardia, el que articula, organiza y siembra conciencia política, acompañe esa confrontación y crezca a los compases de su ascenso y de la voluntad colectiva de disputar poder desde una clara comprensión de que el único soberano es el pueblo y que la democracia es poder del pueblo y para el pueblo en una nación soberana.

 La política es la lucha por el poder, es lucha de clases y lucha por la vida en un mundo dramáticamente amenazado por la muerte. Es confrontación entre un poder que defiende la libertad, los derechos de la humanidad y los derechos de la madre tierra; y un poder, que además de explotar al pueblo trabajador e imponer todas las opresiones, representa la muerte de la humanidad y del planeta.

  El poder alternativo se crea en el marco de las luchas de los contrarios y se ejerce luchando.

  Unos lo hacen para oprimir, negar derechos, explotar, excluir, discriminar y dañar la naturaleza humana y no humana.

 Otros lo hacemos para liberar, construir poder del pueblo, respetar la diversidad cultural, forjar democracia real y asumir la autodeterminación de las sociedades y los pueblos, y la gran marcha hacia el bienestar colectivo, la libertad plena y la igualdad de derechos.

 En esta difíciles y complejas condiciones, tales metas exigen que las  organizaciones y corrientes revolucionarias, no importa sus carencias y precariedades actuales  -siempre con voluntad de renovarse y crecer en calidad y cantidad, en conocimientos, pensamiento crítico y acción transformadora- se vinculen a los movimientos en lucha, se esfuercen por ser vanguardia unificada e innovadora, capaz de contribuir a articular y politizar esos actores sociales  para convertirlos en un gran movimiento político-social revolucionario y en poder popular.

 Esa es la manera de recrear una poderosa izquierda con capacidad de resquebrajar este sistema corrupto y antidemocrático, y de superar esta institucionalidad decadente, creando el poder que la destituya desde el pueblo movilizado con perspectivas de ser poder constituyente alternativo.

  • La vía inmediata.

En lo inmediato, dadas las características del ordenamiento jurídico-político, de sus bases constitucionales y legales, del sistema de partidos, de la institucionalidad vigente y los viciados mecanismos electorales, la vía de los cambios necesarios no puede ser la vía institucional- electoral.

 El poder actual se ha conformado, se ha constituido, para que no pueda ser cambiado desde dentro.

 Sus normativas, sus reglas de juego constitucionales, sus leyes, solo tiene derecho a modificarla él mismo. El presidente de turno, su clase, su partido y su Congreso son los únicos con prerrogativas para intervenir en esos temas.

 El Congreso tiene el control monopólico de los cambios constitucionales. Sólo él puede reformar o reemplazar la Constitución y las leyes.

Esa institucionalidad al servicio de los peores no se va modificar a sí misma para bien, no se va a sustituir a sí misma para a establecer un orden democrático bajo control del pueblo y la sociedad.

 Eso hay que lograrlo privilegiando la lucha fuera de las instituciones, aunque a ellas se le siga emplazando, denunciando y presionando.

 En este contexto, de cara a los comicios del 2024, procede quitarle el máximo posible de respaldo a las votaciones NO VOTANDO y llamando al pueblo a NO VOTAR.

 Pero más allá de esa negación, es necesario proponer una vía diferente, un proceso de luchas diversas y una propuesta que posibilite -sin fecha fija- meter en crisis el régimen vigente e iniciar las transformaciones estructurales.

 La lucha por las grandes y pequeñas demandas populares, clasistas, medioambientales, feministas, comunitarias… por la soberanía y la autodeterminación…la lucha por los cambios políticos necesarios hay librarla fundamentalmente en el territorio, en calles, plazas, centros de trabajo y de estudio, en ciudades y campos; acorralando las instituciones y debilitándolas hasta quebrarlas.

 En ese orden es necesario ponderar el enorme poder movilizador de las demandas ambientales y la defensa del agua como derecho y necesidad vital de nuestro pueblo, junto a temas trascendentes como salud, la educación, derechos de la mujer y sistema solidario para todos/as.

 Las movilizaciones, las paralizaciones, las protestas populares, las iniciativas de desobediencia civil… hay que acompañarlas de la construcción progresiva de poderes populares paralelos, que articulados nacionalmente, posibiliten meter en una crisis de gobernabilidad a la institucionalidad impuesta y degradada; creando las condiciones para construir democráticamente una nueva institucionalidad sobre nuevas bases constitucionales, nutridas de los aportes de los movimientos sociales en lucha y el pueblo movilizado.

  • La propuesta política para iniciar las transformaciones.

La crisis de gobernabilidad, para no caer en un vacío incierto, precisa de una propuesta política que pueda ser asumida dentro del torrente de luchas impulsadas por movimientos sociales combativos acompañados de las fuerzas políticas trasformadoras.

La política debe dejar ser monopolio de los partidos y menos aún limitarse a lo electoral.

La situación exige politizar las luchas de manera que estas asuman como demanda propia y fundamental un cambio constitucional profundo, que incluya que sus reclamos programáticos sean incluidos en una nueva constitución con contenido transformador, como lo fue la de 1963.

Hay que ponerles punto final a las constituciones conservadoras, al Estado privatizador y corrompido, al sistema de partidos que genera partidocracia corruptora, a los gobiernos de los grandes empresarios, intervenidos y tutelados por EEUU, al poder omnímodo del gran capital.

Hay que ponerles fin a los procesos de empobrecimiento, a las desgracias de la salud y la educación como negocios, al racismo, a la ausencia de soberanía, a las políticas públicas negadoras de democracia económica y social, y a la cultura patriarcal que niega el derecho de las mujeres a ser seres humanos libres.

Hay que garantizar el estado laico respetuoso de todas las creencias.

Hay que construir democracia real y ejercer soberanía popular para cambiar todo lo que está mal, mediante transformaciones estructurales e institucionales profundas.

Eso solo puede lograrse cuando el pueblo, el único soberano, asuma la decisión de ser poder constituyente para resquebrajar y desplazar el poder el poder constituido y dar paso a la elección de una ASAMBLEA CONSTITUYENTE, independiente del Congreso y del Estado actual, con normas participativas abiertas a los movimientos sociales y fuerzas populares excluidas.  

Una Constituyente Soberana y Popular que debe ser impactada por un conjunto de propuestas programáticas y demandas de cambios estructurales a ser contemplados en la elaboración colectiva de la Nueva Constitución y en el diseño y construcción de una Nueva Institucionalidad, profundamente democrática.

En una época en que avanza el mundo multipolar esa necesidad se torna cada vez más posible. En tanto crece la autodeterminación de los pueblos de Nuestra América, esa oportunidad se fortalece. Es vital atreverse a cambiarlo todo.

En esas direcciones el Movimiento Caamañista-MC aportará, en lo inmediato y a mediano plazo, todos sus conocimientos y todas sus energías vitales; sosteniendo a la vez nuestra estrategia de más largo plazo que propugna por una nueva democracia y un nuevo socialismo, aquí y más allá de nuestras fronteras.

Leales siempre al imprescindible internacionalismo, al latino-americanismo revolucionario y a los ideales comunistas; impulsando a la vez el proyecto continental de Patria Grande Liberada y Socialista, componente fundamental de la lucha por la emancipación de toda la humanidad y por la salvación del planeta drásticamente agredido por las elites capitalistas dominantes.

*Cifras tomadas del resultado de la investigación sobre fuerza de trabajo realizada por la Fundación Juan Bosch titulada Radiografía de la Fuerza de Trabajo.

MC

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