Iván Rodríguez repartió su vida entre tantos, sirvió de manera tan incondicional a las causas auténticas de su pueblo y de todos los pueblos del mundo, convirtió en propia toda rebelión contra cualquier expresión de injusticia y asumió la solidaridad militante y activa con todas las luchas de liberación de los pueblos y por la construcción de una nueva sociedad libre de explotación donde impere la justicia social, la igualdad y el humanismo proletario.
Los seres humanos como el compañero Iván no pueden morir, su vida está sembrada en infinitos corazones que siguen latiendo con su energía vital y con el compromiso de retomar sus banderas y su lucha por una patria y un ser humano nuevos y despojados de prejuicios y mezquindades.
Con su digna partida de esta tierra quisqueyana nos convoca a continuar la lucha contra el mundo injusto que combatió durante siete décadas, con una militancia integra, modestia ejemplar y sin la más mínima presunción.
El Movimiento Caamañista rinde honores al inolvidable combatiente a la vez que ofrece un abrazo solidario a sus familiares, sus camaradas de partido y de lucha y a todos quienes caminaron a su lado, vivieron sus afectos y conocieron su bondad y entrega.
Nos unimos en el abrazo solidario a todos los compañeros de trayectoria que en mayor grado ha sabido aquilatar y honrar los formidables valores de nuestro Iván y de Dña. Miriam, su compañera de vida, lucha y amor, una ternura de mujer, una esposa del calibre de Iván.
Iván vivirá por siempre en nuestra lucha por una patria nueva y un mundo mejor.
¡Iván Rodríguez, vivo y eterno combatiente!
Por la Coordinación Central del Movimiento Caamañista (MC)