II Congreso Caamañista Quienes Somos Tesis

Tesis IV: SOBRE NUEVAS VANGUARDIAS

Constatado a nivel internacional, regional y nacional que no bastan ni las crisis del sistema capitalista, ni las indignaciones populares espontáneas, rebeldías sociales, movilizaciones multitudinarias-…ni siquiera los desplazamientos de gobiernos establecidos, para crear un nuevo poder, construir un nuevo sistema y garantizar las transformaciones revolucionarias.

 Es necesario el factor político que encarne y construya el nuevo poder: conciencia, organización, fuerza conductora y articuladora; esto es, vanguardias revolucionarias ajustadas a las características de la dominación capitalista-imperialista en el presente siglo.

 Se trata de una cuestión cardinal: la organización de los/as revolucionarios/as, la avanzada transformadora con capacidad para articular luchas y movimientos enfrentados al poder establecido, hacerlas confluir, elevar su conciencia política, fortalecer su organización y convertir progresivamente a los/as explotados/as y oprimidos/as en factor de poder y de transformación de la sociedad.

SELECCIÓN, ORGANIZACIÓN, CONCIENCIA. -El concepto vanguardia implica selección, formación, organización, superación de lo espontáneo; conocimiento de la realidad, dominio de métodos de trabajo y procesos de relación con el pueblo, capacidad de análisis científico, técnicas de planificación, investigación y lucha; acumulación de sabiduría, recursos humanos y técnicos que posibiliten disputar poder y hegemonía en la sociedad civil y frente al Estado opresor. Recursos y medios para librar las luchas civiles, culturales y político-militares.

En estas sociedades no toda la clase explotada, no todo el bloque social dominado puede acceder a ese nivel cualitativo, menos aun espontáneamente. Es preciso primero organizar y formar lo más avanzado, sin desvincularlo del sujeto clasista y popular, sin separarlo del pueblo trabajador y los movimientos sociales (clasistas, feministas, juveniles, ambientalistas, migrantes, artísticos culturales…) dominados por el sistema imperante; sin abandonar la relación directa con la cotidianidad de la gente, sus luchas, sus necesidades y anhelos.

La exigencia de ese tipo de organización, la cual podría tener formas variadas y modalidades específicas (según circunstancias, tiempos y condiciones en cada sociedad o región), tiene relación con el hecho de que el orden opresor tiene su propia vanguardia conductora, sus fuerzas organizadas y calificadas para oprimir, defenderse, reproducirse y atacarnos.

PODER Y VANGUARDIA. -Los que ahora niegan la necesidad de la vanguardia revolucionaria en realidad niegan la creación de un nuevo poder y un nuevo sistema, aunque no lo digan. A lo sumo plantean ser gobierno dentro del mismo sistema, sin desmontar el viejo poder y la actual dominación.

 Ahora bien, no se trata de instalar el poder de la vanguardia y del partido que suplanta al pueblo, fórmula fracasada; sino de crear y expandir el poder de los trabajadores y trabajadoras, del pueblo explotado y oprimido: el poder popular.

Un poder que no sólo sea estatal, sino que conciba el nuevo Estado como transitorio y extinguible; un poder que no simplemente se toma o se asalta, sino que se crea y desarrolla desde el pueblo, desde sus asambleas y órganos de base, primero como contra-poder paralelo y luego dedicado a desplazar totalmente lo viejo y al propio Estado de transición.

Y así concebido, la construcción del poder popular resulta algo de primer orden para todas las fuerzas que luchan por la verdadera democracia, la real independencia de nuestra patria chica y nuestra patria grande; por el nuevo socialismo y la desaparición del Estado a más largo plazo. Metas inseparables de los esfuerzos de construcción de las nuevas vanguardias.

VANGUARDIAS EN EL SIGLO XXI.-En lugar de regirse por distorsionado principio rector del centralismo democrático, las nuevas vanguardias deben establecer una amplia democracia interna con dirección central, procurando invertir los énfasis, salvo en casos de emergencia y en condiciones de alta represión. Y para que sus bases científicas puedan ser lo suficientemente sólidas, las nuevas vanguardias están en el deber de incorporar creativamente los extraordinarios aportes de los clásicos del socialismo científico y del desarrollo posterior de esta teoría revolucionaria y del conocimiento global.

 Vanguardias capaces de reivindicar y renovar el concepto de soberanía particular de nuestras naciones incorporándolas a una soberanía más grande, multinacional y multicultural.

 Vanguardias abrazadas a la pertinencia de un nuevo socialismo como transición a la sociedad comunista, lo que exige un proceso de recreación del proyecto revolucionario respecto a los modelos estatistas-burocráticos que colapsaron o retrocedieron al capitalismo en el siglo XXI, para poder superar dialécticamente la derrota sufrida por los socialismos del siglo XX y dotar a esta nueva época de un nuevo mito revolucionario.

Es una exigencia actual la recreación vanguardias impulsoras de la democracia participativa, de la segunda independencia y del nuevo socialismo; vanguardias del pueblo trabajador y la pobrecía, vanguardias proletarias, indígenas, feministas, ambientalistas, populares, fuentes de juventud combativa. Vanguardias de todas las liberaciones. Vanguardias internacionalistas, articuladas en una GRAN INTERNACIONAL ANTICAPITALISTA.

 TIPO DE INSURGENCIA. –Desde esta concepción de Vanguardia no hay espacio ni razón para renunciar a la rebeldía global, a la insurgencia global, suma de las insurgencias nacionales y regionales. Tampoco para negar la contra-violencia violenta, aunque sea necesariamente precedida y/o acompañada de formidables movilizaciones “pacíficas”, las cuales frente a la agudización de la violencia dominante tienen sus puntos de agotamiento.

La vía tendría necesariamente que ser la combinación de todos los métodos, tanto lo impropiamente llamados pacíficos como los necesariamente violentos, según las características de cada instancia, vanguardias y pueblos, y con variados niveles de ejercicio de todas las modalidades de acción desde cada componente.

 Y esto exige de una auténtica revolución tecno-científica (incluida la vertiente de inteligencia militar y la guerra digital y mediática) en el seno de las vanguardias y de fuerzas transformadoras, y un apego irrenunciable al carácter multitudinario de las resistencias y las ofensivas populares hasta que se logren fraccionar y traspasar al campo popular-revolucionario importantes unidades y medios de alta calidad, capaces de ayudar a lograr un cambio plenamente favorable a los pueblos.

MC

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *